Tres asignaturas pendientes que deja Andrés Manuel López Obrador

3 asignaturas pendientes que deja AMLO
Tres asignaturas pendientes que deja Andrés Manuel López Obrador

Llegó el fin del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien el martes 01 de octubre entrega el bastón de mando a su aliada y amiga, Claudia Sheinbaum.

El presidente ha dicho que se va a jubilar, y retirarse de la vida pública y política. Y que lo hace con una «conciencia tranquila y muy contento».

Entre algunas de sus razones para la satisfacción están una reducción de la pobreza de casi diez puntos, la estabilidad de la economía, la construcción de grandes obras de infraestructura como el Tren Maya y la proliferación de becas, créditos y subsidios para los mexicanos más pobres.

Pero a pesar de sus declaraciones, y de su aún enorme popularidad, que roza el 70% de aprobación, y la escasa autocrítica que hace de su sexenio, definitivamente hay muchas «asignaturas pendientes», como él las llama.

Si bien en su último informe de gobierno, el 01 de septiembre, afirmó que había «asignaturas pendientes», ya que es «notorio el retraso que padecemos por el largo y tormentoso periodo en que el gobierno estuvo en manos de oligarcas insensibles»; no profundizó en ellas.

Y no es raro, como se menciona, la autocrítica no se le da al presidente de México. Pero es evidente que todavía hay mucho trabajo por hacer.

No solo México es un país todavía extremadamente violento y desigual, tan solo ver lo que sucede en Chiapas y Sinaloa como muestra de ello; pero también la principal bandera de la 4T, esta política libre de corrupción y clientelismo, está por terminarse (diga lo que diga Luisa María Alcalde).

Pero entonces, ¿cuáles continúan siendo los grandes problemas pendientes de México? BBC Mundo realizó un análisis, contrastando los datos y consultando a analistas de la política mexicana para definir los principales.

Y aunque los problemas que quedan son muchos, hay tres que destacan.

1. Reducir la violencia

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CULIACÁN, SINALOA, 27SEPTIEMBRE2024.- Una camioneta tipo panel, de color blanco, fue encontrada con varios cuerpos en su interior. FOTO: JOSÉ BETANZOS/CUARTOSCURO.COM

De nuevo, la crisis de violencia que persiste en Sinaloa, debido a la lucha entre dos facciones del Cartel de Sinaloa, es un claro ejemplo de cómo la violencia sigue siendo una problemática importante.

La estrategia de Andrés Manuel López Obrador para combatir el crimen fue remplazar a la policía federal por una Guardia Nacional, bajo el control del Ejército, para depurar elementos de corrupción (como si no hubiera corrupción en el Ejército). Además, en su último mes reformó el Poder Judicial para intentar acabar con la impunidad (a pesar de las críticas y constantes intentos para cancelarla).

Sin embargo, en el fondo, el presidente buscaba acabar con la violencia a través de programas sociales, para quienes en teoría están en peligro de ser reclutados por cárteles y/o crimen organizado.

Durante su discurso a inicios de septiembre, en la rendición de cuentas, Andrés Manuel indicó que en su sexenio se redujeron los homicidios un 18%, los robos un 30% y los secuestros un 77%. Asimismo, el mandatario señaló que la percepción de inseguridad bajó 15%.

Y aunque sí, ha bajado, entre un 50 y 70% de mexicanos aún dicen sentirse inseguros. Mientras tanto, los delitos de extorsión y violencia intrafamiliar se han disparado.

Además, las cifras de seguridad fueron un tema de contención en este sexenio. Con los mismos datos oficiales, algunos ven reducción, y otros aumento de violencia, pero esto depende del periodo que se analice, o los tipos de delito.

Por ejemplo, en 2023 se reportaron 30,523 homicidios, poco menos que los años anteriores. Pero tener esta cifra de homicidios cada año, que es también lo que se estima para 2024, convirtió a este sexenio en el más violento de la historia reciente.

2. Un mejor sistema de salud

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CIUDAD DE MÉXICO, 29SEPTIEMBRE2024.- FOTO: IMSS/CUARTOSCURO.COM

La salud ha sido otro de los temas más polémicos. AMLO hizo varias reformas, las cuales han tenido resultados ambiguos, además que la comunidad científica ha tenido que entrar al debate político.

El presidente intentó reformar un sistema fragmentado, desigual y ausente para las mayorías, a través de tres medidas importantes: centralizando el sistema, creando seguros para los más pobres, y volviendo a monopolizar la compra de medicamentos en el Estado.

Sin embargo, la pandemia y un plan mal diseñado, de acuerdo con varios expertos, hicieron que estas reformas quedaran pendientes. «Las reformas eran necesarias, pero al final se perdió un sexenio en salud porque no hubo un plan de implementación», dice Andrés Castañeda, experto en salud pública.

Y las cifras de salud, como las de violencia, son un tema delicado. Andrés Manuel cita el incremento de clínicas y doctores, así como la reducción de precios en el sistema público para los no asegurados. Pero, los datos de la Coneval muestran otra realidad. El centro de estudios estatal reporta que la carencia de salud aumentó del 16% en 2018 al 39% en 2022.

Mientras los mexicanos son de las poblaciones que más gasta en salud, aunque le duela y le pese a AMLO, el gobierno es aún de los que menos invierte en el sector, en comparación con otros países latinoamericanos en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Aunado a esto, México tiene una de las tasas más altas del mundo en mortalidad prematura, potencialmente evitable, y uno de los índices de gasto catastrófico más altos de la región -familias que deben de gastar el 30% de su patrimonio de salud).

Algunas personas continúan creyendo que las reformas a la salud aún están por demostrar sus beneficios, pues toma tiempo el cambio y ver sus resultados. Hay otros que piensan que el daño es irremediable. Solo el tiempo dirá.

3. Impulsar la transición energética

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Claudia Sheinbaum durante la presentación del «Ideathon para una transición energética». FOTO: CUARTOSCURO.COM

Cuando Andrés Manuel llegó a la presidencia en 2018, cinco de sus 100 compromisos estaban relacionados con el medio ambiente: plantar millones de árboles, promover fuentes de energía sostenibles, restringir el uso de semillas transgénicas, prohibir el fracking y reducir el impacto ambiental del desarrollo turístico.

Y aunque sí se avanzó en el tema de las semillas transgénicas y no se otorgaron licencias mineras, el consenso general en el sector ambiental es que «se perdieron 6 años», no solo porque no se cumplieron la mayoría de las promesas, pero porque el gobierno impulsó proyectos de enorme impacto ambiental.

Entre ellos están la construcción del Tren Maya, el aumento de la producción petrolera y la remodelación y edificación de refinerías de todo el país. Se dice querer promover fuentes de energía sostenibles, pero la inversión al petróleo este sexenio es muestra de lo contrario para muchos.

Sheinbaum es científica que dedicó su carrera al estudio de las energías contaminantes. Y la ahora presidenta ha dicho estar «comprometida con reducir las emisiones que provocan el cambio climático y con la protección del medio ambiente».

La mandataria ha citado como ejemplo lo que hizo en la CDMX como Jefa de Gobierno: promovió la construcción de plantas recicladoras y de energía solar, masificó el sistema de transporte en bicicleta y restauró ríos y lagos, con lo que se logró la reducción de más de dos millones de toneladas de dióxido de carbono al año.

Esperemos que su compromiso sea real, y de más resultados que su antecesor. Necesitamos políticas ambientales, no solo por México, si no para el mundo.

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