Desde las órdenes ejecutivas de Donald Trump hasta la violencia en México, pasando por las guerras en Gaza y Ucrania, las redes sociales y medios digitales están repletos de información negativa. En este panorama, el consumo excesivo de noticias impactantes ha dado lugar a un fenómeno conocido como doomscrolling, que puede afectar seriamente nuestra salud mental.
El término doomscrolling se popularizó en los últimos años para describir el hábito de desplazarse sin control por redes sociales, consumiendo noticias negativas de manera compulsiva. Este comportamiento, impulsado por la necesidad humana de mantenerse informado, ha sido objeto de diversos estudios que revelan su impacto en el bienestar mental.
Según Ariane Ling, de la Universidad de Nueva York Langone, «los móviles nos conectan a esta información, es más, nos ofrecen un flujo inabarcable de estímulos informativos», señaló en una entrevista con la BBC.
La psicología del doomscrolling comparte características con otras conductas adictivas. Un estudio de las universidades de Cornell y Wharton analizó cómo la exposición continua a contenidos digitales refuerza el deseo de seguir consumiéndolos. En una de las pruebas, los participantes que vieron varios videos seguidos mostraron una mayor predisposición a continuar viéndolos en comparación con quienes solo vieron uno.
Desde un punto de vista bioquímico, este comportamiento está relacionado con la liberación de dopamina, el neurotransmisor asociado al placer y la recompensa. Cada vez que accedemos a nueva información en redes sociales, el cerebro libera dopamina, lo que refuerza el ciclo de consumo compulsivo. La BBC explicó que «nuestro cerebro no es capaz de distinguir cuando estamos recabando información útil sobre nuestro entorno de cuando estamos viendo fotos de animales o leyendo alguna noticia alarmante sobre el estado del mundo».
Investigaciones recientes han demostrado que el doomscrolling puede provocar ansiedad, insomnio y problemas de concentración. Un estudio publicado en Applied Research in Quality of Life encontró que las personas con hábitos de consumo excesivo de noticias negativas experimentan mayores niveles de angustia psicológica y una disminución en indicadores clave de bienestar mental, incluyendo la satisfacción con la vida.
Otro estudio de la Universidad Tecnológica de Texas, publicado en la revista Health Communication, encontró que la adicción a las noticias está asociada con un aumento del estrés y un deterioro en la salud física. Los investigadores señalaron que la exposición prolongada a información negativa genera un estado constante de alerta, lo que puede distorsionar la percepción de la realidad y hacer que el mundo parezca un lugar más peligroso de lo que realmente es.
Dado el impacto negativo del doomscrolling, diversas estrategias pueden ayudar a reducir su influencia en nuestra vida diaria:
La sobresaturación de información es una realidad en la era digital, pero es posible tomar medidas para evitar que el doomscrolling afecte nuestra salud mental. Reconocer este hábito y aplicar estrategias efectivas puede marcar una diferencia en nuestra calidad de vida.
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