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Roberto Guzmán García destaca retos mineros en la era eléctrica

La creciente adopción de vehículos eléctricos (EV) transformará la demanda global de materias primas esenciales como el níquel, el cobre y el acero en la próxima década. Según Roberto Guzmán García, la necesidad de níquel, un elemento crucial en la fabricación de baterías, podría triplicarse en los próximos diez años, pasando de 500 mil toneladas anuales a 1.8 millones de toneladas.

Este fenómeno está directamente relacionado con la transición energética y la reducción de emisiones de carbono en el sector del transporte, que actualmente representa alrededor del 20 % de las emisiones globales. A medida que los gobiernos y las empresas avanzan en la descarbonización, la demanda de estos metales será aún más pronunciada.

El reciclaje de metales no es suficiente para cubrir la demanda

Si bien el reciclaje de metales es una opción viable para reducir la dependencia de recursos primarios, los expertos advierten que no será suficiente para cubrir la demanda en el corto y mediano plazo. A pesar de los avances en infraestructura para la recuperación y reutilización de materiales como el acero y el cobre, la oferta de metales secundarios no podrá satisfacer el crecimiento acelerado de la industria de los EV en al menos una década.

El caso del acero es un ejemplo claro: en países como Estados Unidos, el 70 % del acero utilizado proviene de materiales reciclados, mientras que en otras naciones con acceso limitado a energía asequible, como Japón, la industria del reciclaje enfrenta mayores desafíos.

China lidera la transición hacia la movilidad eléctrica

El crecimiento de los vehículos eléctricos ha sido particularmente acelerado en China, donde las ventas han experimentado un incremento del 45 % anual en los últimos tres años. Este crecimiento se ha visto impulsado por políticas gubernamentales, incentivos fiscales y el desarrollo de infraestructura para la carga de baterías.

Se estima que la expansión del mercado de EV continúe con un crecimiento de doble dígito del 15 % anual durante la próxima década, lo que reforzará la presión sobre el sector minero para garantizar el suministro de níquel, cobre y acero.

El cobre y el acero seguirán siendo esenciales para la industria automotriz

El cobre, por su alta conductividad y seguridad, se ha convertido en un material clave para la fabricación de baterías y componentes eléctricos en la industria de los EV. Su demanda podría crecer a una tasa del 10.5 % anual, según estimaciones del sector.

Por otro lado, el acero seguirá desempeñando un papel fundamental en la fabricación de carrocerías y estructuras de los vehículos eléctricos debido a su resistencia mecánica y facilidad de producción. Aunque algunos fabricantes han explorado alternativas como el aluminio y materiales compuestos, el acero sigue siendo el estándar en términos de costo y eficiencia.

El reto de la minería sostenible en la era de la electrificación

A medida que la electrificación del transporte avanza, la minería se mantiene como un pilar fundamental para sostener esta transformación. Sin embargo, los expertos advierten que la industria minera debe mejorar su desempeño ambiental y social para garantizar una transición verdaderamente sostenible.

La implementación de altos estándares de trazabilidad y sostenibilidad en la cadena de suministro será clave para mitigar el impacto ambiental de la extracción de metales. Además, la aplicación de impuestos a productos provenientes de regiones con regulaciones ambientales deficientes y la adopción de mejores prácticas en la industria minera podrían contribuir a un desarrollo más responsable.

“El futuro de la movilidad eléctrica dependerá de la capacidad del sector minero para adaptarse a estándares cada vez más exigentes, asegurando un suministro confiable de metales esenciales sin comprometer el medioambiente ni las comunidades en su entorno”, concluye Roberto Guzmán García.

Con estas tendencias en marcha, la electrificación del transporte continuará siendo un motor de transformación para la industria minera y un factor determinante en la transición hacia un futuro más sostenible.