¿Cómo avanza Querétaro en materia de energías limpias?

De al menos una década a la fecha, México ha sido visto como uno de los países más atractivos para la inversión y desarrollo de energías limpias, sin embargo, a causa de varios factores, dicha aseveración no ha podido acabar de explotar.

Las energías limpias, renovables o verdes son las fuentes obtenidas de recursos naturales inagotables o que se regeneran en un período corto.

Dichas fuentes de energía no generan emisiones de gases de efecto invernadero ni contaminantes atmosféricos dañinos, contribuyendo así a reducir el impacto ambiental y el cambio climático, siendo algunas de estas la energía solar, la eólica, la hidroeléctrica, la geotérmica y la biomasa.

Diversos especialistas han establecido que el país cuenta con condiciones climatológicas y geográficas que favorecen el desarrollo de generación a partir de fuentes renovables.

Sin embargo, a propósito de la conmemoración del Día Internacional de la Energía Limpia, que tiene lugar el 26 de enero y cuyo objetivo yace en buscar acelerar la transición energética global, cabe destacar que, se ve lejano en México, un escenario donde se alcance la meta fijada para la adopción de este tipo de energías.

Hace algunos días, la Comisión de Energía del Consejo Coordinador Empresarial señaló que el país no cumplirá con la meta de alcanzar el 35% de generación eléctrica mediante fuentes limpias al cierre del 2024 y se quedará en al actual 30%.

Se explicó que la razón para tal aseveración radica en la falta de inversión en el sector público como por los obstáculos que se han dado para que las empresas privadas adquieran permisos para nueva infraestructura.

Querétaro y las energías limpias

En lo que respecta al tema en el estado de Querétaro, existen importantes avances y esfuerzos realizados.

Entre ellos, se puede mencionar el cobro del impuesto al carbono un mecanismo que, contra lo que podría pensarse, no está destinado a la recaudación, sino a incentivar a las industrias para que inviertan en sistemas más limpios y eficientes. Actualmente, en la entidad se cobran 580 pesos por tonelada de CO2, el más alto del país, cuando otras entidades solo recaudan 40 pesos.

Además, la administración local ha establecido el sello Bajo en Carbono, un mecanismo que certifica a las empresas que han reducido sus emisiones; no obstante, también permite que puedan acceder a descuentos en el impuesto ambiental.

Pero, a pesar de esto en la entidad solamente 12% de la matriz energética corresponde a energías limpias, mientras que el resto proviene de combustibles fósiles.

Lo interesante es que según el Inventario Nacional de Energías Renovables (Inere) de la Secretaría de Energía (Sener), Querétaro tiene el potencial de producir 1178 gigawatts por hora adicionales a lo que actualmente produce.

Además, la geotérmica es la de mayor potencial, teniendo la posibilidad de producir hasta 649 gigawatts por hora; a esta le seguirían la eólica y la solar con 250 y 191 gigawatts por hora, respectivamente.

¿Qué viene a futuro?

Hace aproximadamente un lustro, el estado se trazó el objetivo de propiciar el crecimiento de la industria de generación de energías renovables.

En ese momento se habló de la incubación de empresas y de participar en el desarrollo de componentes clave, pero como se puede ver, al día de hoy se han sumado otras acciones.

Por lo pronto, en Querétaro se están sustituyendo unos 750 mil kilowatts de energía tradicional por generación solar, principalmente en el sector industrial, más sistemas de generación distribuida.

Asimismo, el año paso entró en funciones el parque eólico que se construyó en el municipio de Huimilpan.

Adicional a ello, la Agencia de Energía del Estado de Querétaro confirmó que existen anteproyectos con empresas privadas para instalar parques solares en al menos dos municipios de la entidad (colón y Tequisquiapan), además de que se analiza expandir el parque eólico antes citado.

Finalmente, cabe destacar que algunas fuentes como Moodys México han apuntado al aumento de inversiones en energías limpias para fomentar la explotación del nearshoring o relocalización de empresas, que en mucho pueden beneficiar a la economía del estado.