La búsqueda del secreto de la longevidad ha sido una de las mayores inquietudes de la humanidad. Desde tratamientos milagrosos hasta dietas especializadas, el deseo de vivir más y mejor ha impulsado innumerables investigaciones. Pero, ¿qué es más determinante para una vida larga: la herencia genética o los hábitos saludables?
La Genética y la Longevidad
Nir Barzilai, director del Instituto de Investigación sobre el Envejecimiento de la Escuela de Medicina Albert Einstein, ha estudiado a personas que han superado los 100 años. Un caso curioso fue el de Helen Reichert, quien a sus 100 años fumaba cigarrillos y desafía los consejos médicos. A pesar de ello, Reichert vivió casi una década más antes de fallecer en 2011.
Casos como el suyo han despertado interrogantes sobre la influencia de la genética en la longevidad. Estudios indican que la duración de la vida puede atribuirse en un 25% a los genes y en un 75% al entorno y estilo de vida. Sin embargo, al superar los 100 años, estos porcentajes parecen invertirse. Según Thomas Perls, profesor de medicina de la Universidad de Boston, muchos centenarios no han seguido estilos de vida saludables, pero cuentan con variantes genéticas que los protegen de enfermedades relacionadas con la edad.
Uno de los genes clave en la longevidad es el FOXO3, el cual interviene en la salud celular y podría proteger contra enfermedades. Otro es el APOE2, relacionado con un menor riesgo de desarrollar Alzheimer. No obstante, estos genes son raros y se presentan en menos del 1% de la población.
La Influencia del Estilo de Vida
Para la mayoría de las personas, los genes no son el principal determinante de la longevidad. Estudios, como el publicado en 2023 sobre veteranos estadounidenses, indican que adoptar ocho hábitos saludables puede agregar hasta 24 años de vida. Estos hábitos incluyen:
- Dejar de fumar: El tabaco daña la función pulmonar y cardiovascular, además de aumentar el riesgo de cáncer.
- Reducir el consumo de alcohol: Beber en exceso puede afectar el hígado y aumentar el riesgo de cáncer.
- Dormir bien: La recomendación es entre 7 y 9 horas de sueño de calidad cada noche.
- Mantenerse hidratado: Tomar suficiente agua mejora la salud celular y la función corporal general.
- Socializar: Las relaciones sólidas y la interacción social aumentan la calidad y esperanza de vida.
- Pensar en positivo: Estudios han demostrado que el optimismo está asociado a una vida más larga.
- Seguir una dieta equilibrada: Se recomienda reducir el consumo de azúcar y alimentos procesados, favoreciendo la dieta mediterránea y basada en plantas.
- Ejercitarse regularmente: Se aconsejan al menos 150 minutos de actividad moderada y 75 minutos de ejercicio intenso a la semana.
Conclusión
Si bien la genética juega un papel importante en la longevidad, para la mayoría de las personas el estilo de vida sigue siendo el factor determinante. Adoptar hábitos saludables puede extender la vida y mejorar su calidad, reduciendo el riesgo de enfermedades crónicas. Como señala el Dr. Barzilai, «no sigas los consejos de salud de alguien que ya llegó a los 100 años; para ellos, el estilo de vida probablemente no importó, pero para el resto de nosotros, sí».
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