Querétaro, Qro. A pesar de una notable reducción en la pobreza laboral durante el primer trimestre de 2025, Querétaro enfrenta una fuerte desigualdad de género. Las mujeres siguen siendo las más afectadas por la precariedad laboral en la entidad.
De acuerdo con el colectivo México, ¿Cómo Vamos? (MCV), Querétaro fue el cuarto estado con mayor brecha de género en pobreza laboral. Por cada 100 hombres que no pueden adquirir la canasta alimentaria con su ingreso, hay 121.68 mujeres en la misma situación.
Este dato refleja una desigualdad persistente, incluso cuando el indicador general muestra mejoras. La entidad redujo su tasa de pobreza laboral en 8.1 puntos porcentuales en comparación con 2024, al pasar de 37.2% a 29.1%. Sin embargo, la reducción fue más significativa entre hombres que entre mujeres.
Querétaro se posicionó en color verde en el Semáforo Económico Estatal de MCV, al presentar una tasa de pobreza laboral inferior al promedio nacional (33.9%) y mostrar una reducción superior a la del país (1.9%).
El avance se tradujo en una disminución de 9.7 puntos porcentuales en la pobreza laboral de los hombres, que pasó de 35.8% en 2024 a 26.1% en 2025. En contraste, la de las mujeres bajó solo 6.6 puntos, de 38.4% a 31.8%.
Esta diferencia refuerza el desequilibrio estructural en el acceso a trabajos bien remunerados y estables para las mujeres. Aunque el estado mejoró su indicador general, el progreso fue desigual.
A nivel nacional, la disparidad de género en pobreza laboral también es evidente. Por cada 100 hombres en pobreza laboral hay 113.3 mujeres. Esta brecha se repite en todas las entidades federativas.
Los datos del colectivo MCV revelan un fenómeno preocupante: los estados con mayor ingreso per cápita muestran también las mayores desigualdades de género en pobreza laboral.
Querétaro comparte este patrón con Jalisco, Nuevo León y Colima. En Jalisco, la brecha es la más amplia del país, con 127.11 mujeres en pobreza laboral por cada 100 hombres. Le siguen Nuevo León (124.03) y Colima (123.03).
Esto indica que el crecimiento económico no garantiza una distribución equitativa del ingreso laboral. En regiones donde la economía es más dinámica, las mujeres continúan enfrentando mayores obstáculos para acceder a empleos formales, estables y bien remunerados.
Por el contrario, estados con altos niveles de pobreza generalizada, como Chiapas, Oaxaca y Tlaxcala, presentan brechas de género más moderadas. En Chiapas, por cada 100 hombres en pobreza laboral hay 105.73 mujeres, la menor diferencia registrada.
Durante el primer trimestre de 2025, el 33.9% de la población nacional se encontraba en pobreza laboral. Esta es la cifra más baja desde que se tiene registro del indicador, con base en datos de MCV y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Sin embargo, esta mejora nacional esconde diferencias significativas entre regiones y entre géneros. Un total de 44.2 millones de personas no pueden adquirir la canasta alimentaria para su hogar con su ingreso laboral.
Los cinco estados con menor pobreza laboral fueron Baja California Sur (12.8%), Quintana Roo (18.7%), Colima (19.7%), Baja California (20.1%) y Ciudad de México (21.6%). Todos ellos se encuentran en semáforo verde.
En contraste, los estados con mayor porcentaje de población en pobreza laboral, en semáforo rojo, son Chiapas (59.2%), Oaxaca (56.7%) y Guerrero (50.9%). Les siguen Zacatecas, Morelos, Tabasco, Puebla y San Luis Potosí.
Hasta 2024, la medición de la pobreza laboral estaba a cargo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). A partir de 2025, esta tarea pasó al Inegi, aunque todavía no se cuenta con una ruta clara sobre la periodicidad y ajustes metodológicos que implicará este cambio.
El colectivo MCV continúa con su propia medición, basada en la metodología del Coneval. Para determinar si una entidad está en semáforo verde, su tasa debe estar por debajo del promedio nacional y mostrar una reducción significativa respecto al año anterior o registrar un nivel inferior al 20.5%.
En ese contexto, Querétaro logró reducir su porcentaje de pobreza laboral más que cualquier otro estado. Aun así, la brecha de género sigue siendo motivo de preocupación y un obstáculo para un desarrollo equitativo.
La desigualdad laboral en Querétaro deja en claro que el crecimiento económico no es suficiente para garantizar justicia social. Aunque más personas tienen ingresos suficientes para adquirir la canasta alimentaria, las mujeres siguen enfrentando mayores barreras.
Mientras las políticas públicas no atiendan de forma directa las causas de esta disparidad —como la informalidad laboral, el acceso desigual a oportunidades de empleo y la carga desproporcionada de cuidados— la brecha persistirá.
La entidad tiene motivos para celebrar por su avance, pero también razones para actuar. Reducir la pobreza laboral en mujeres no solo es una cuestión de equidad, también es clave para el desarrollo sostenible de Querétaro.
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