En Querétaro, los intentos suicidas han incrementado hasta en un 200% desde 2018, según informó Martina Pérez Rendón, secretaria de Salud del estado. Esta alarmante tendencia afecta principalmente a las juventudes y pone en evidencia la necesidad de fortalecer los programas de prevención y atención en salud mental.
El aumento del 200% en los intentos suicidas desde 2018 resalta una problemática creciente. Aunque Pérez Rendón no especificó cifras exactas, destacó que las mujeres son quienes más intentan quitarse la vida, mientras que en los casos consumados, los hombres son la mayoría. Este patrón refleja una tendencia observada a nivel mundial, donde los hombres suelen usar métodos más letales, mientras que las mujeres buscan ayuda después de los intentos.
En 2023, se registraron 220 muertes por suicidio en Querétaro, mientras que en 2024 se estima un total preliminar de 200 casos. Aunque estos datos aún están por confirmarse, reflejan una problemática que requiere atención urgente.
La secretaria de Salud destacó que la mayoría de los casos se presentan en jóvenes, un grupo particularmente vulnerable a factores de riesgo como la presión social, el acoso escolar, problemas familiares, crisis existenciales y el impacto de las redes sociales.
El aumento en los intentos suicidas en la población juvenil coincide con una tendencia nacional e internacional, donde la salud mental de los jóvenes se ha visto afectada por factores como el aislamiento social durante la pandemia de COVID-19, la incertidumbre económica y la presión académica.
Ante el incremento de intentos suicidas, las autoridades de salud de Querétaro han implementado protocolos de atención que abarcan desde la intervención en crisis hasta el seguimiento terapéutico. La secretaria de Salud explicó que los casos agudos y graves se atienden en el Hospital General, especialmente cuando hay ingesta de sustancias tóxicas o lesiones que requieren intervención médica inmediata, como lavados estomacales o suturas.
Una vez estabilizados, los pacientes reciben seguimiento en el Centro Estatal de Salud Mental (Cesam), donde se les ofrece atención psiquiátrica y terapia psicológica. Además, el estado cuenta con Centros Comunitarios de Salud Mental y Adicciones (Cecosama) y unidades centinela en cada jurisdicción sanitaria, que funcionan como primer filtro para detectar y prevenir esta problemática.
Cada centro cuenta con personal especializado, incluidos psicólogos y médicos, lo que permite una atención integral y personalizada. Sin embargo, la demanda creciente plantea desafíos en cuanto a recursos humanos y financieros.
Los factores de riesgo que contribuyen al suicidio son diversos y complejos, incluyendo trastornos mentales como la depresión, el consumo de sustancias, antecedentes familiares de suicidio, situaciones de abuso o violencia, y experiencias traumáticas. En el caso específico de los jóvenes, la presión social, el acoso escolar y la exposición a contenido en redes sociales pueden incrementar la vulnerabilidad.
Aunque los intentos de suicidio son más frecuentes entre las mujeres, los hombres son más propensos a consumarlos debido al uso de métodos más letales, como armas de fuego o ahorcamiento. Esto subraya la importancia de estrategias de prevención diferenciadas por género y edad.
En este contexto, la Secretaría de Salud de Querétaro ha reforzado campañas de concientización y programas de prevención enfocados en la detección temprana de señales de alerta. Estas incluyen cambios de comportamiento, aislamiento social, pérdida de interés en actividades cotidianas, consumo excesivo de alcohol o drogas, y expresiones verbales sobre deseos de morir.
Uno de los puntos críticos en la atención de intentos suicidas es el seguimiento terapéutico. La secretaria de Salud enfatizó que el manejo del suicidio no termina con la intervención médica de emergencia, sino que requiere un protocolo integral de seguimiento. Esto incluye atención psiquiátrica, terapia psicológica y monitoreo constante para prevenir recaídas.
En Querétaro, el seguimiento se realiza tanto en el Cesam como en los Cecosama, asegurando que los pacientes continúen con sus terapias y reciban el apoyo necesario para enfrentar sus problemas emocionales y psicológicos. Este enfoque integral busca abordar las causas subyacentes y reducir el riesgo de futuros intentos.
Si bien las autoridades de salud en Querétaro han intensificado sus esfuerzos en prevención y atención, es crucial que la sociedad en su conjunto participe en la detección y apoyo a personas en riesgo de suicidio. La intervención temprana puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
En México, existen líneas de ayuda disponibles las 24 horas del día, como el Teléfono de la Esperanza y la Línea Nacional contra el Suicidio, que ofrecen apoyo emocional y asesoramiento profesional. Además, organizaciones no gubernamentales y comunidades religiosas también brindan espacios seguros para hablar sobre pensamientos suicidas.
Si conoces a alguien que esté mostrando signos de riesgo, como cambios drásticos en el comportamiento, aislamiento social, consumo excesivo de sustancias o expresiones verbales sobre deseos de morir, es vital acercarse con empatía y sin juzgar. Preguntar directamente sobre sus pensamientos e intenciones suicidas puede ayudar a identificar el riesgo y conectar a la persona con la ayuda profesional necesaria.
El alarmante aumento del 200% en los intentos suicidas en Querétaro evidencia la urgencia de fortalecer las políticas de prevención y atención en salud mental. La problemática afecta principalmente a jóvenes y plantea desafíos complejos en términos de recursos y estrategias de intervención.
Si bien las autoridades de salud han implementado protocolos y servicios especializados, la prevención del suicidio requiere un enfoque integral que involucre a la sociedad, las instituciones educativas y las familias. La detección temprana, el seguimiento terapéutico y el apoyo comunitario son fundamentales para abordar esta crisis de salud mental.
Es imperativo continuar creando conciencia sobre la importancia de la salud mental y fomentar una cultura de apoyo y empatía hacia quienes atraviesan situaciones difíciles. El suicidio puede prevenirse y, con un enfoque integral, es posible salvar vidas.
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