En el marco del primer festival de cine libanés en México, el empresario mexicano Ricardo Haddad Musi comparte una reflexión sobre cómo las sociedades marcadas por la guerra han utilizado el cine como vehículo para narrar la pérdida, reconstruir la memoria y esbozar formas de reconciliación. A través de un análisis comparativo, Haddad Musi expuso que, pese a las catástrofes acumuladas, el cine libanés ha logrado crear un lenguaje visual que no se reduce a la violencia, sino que explora las relaciones humanas desde lo íntimo y lo comunitario.
“Líbano nos muestra que incluso en medio de la devastación se puede construir un cine que no glorifique la muerte, sino que cuestione la pérdida, documente el duelo y sugiera caminos para vivir juntos”, señaló Haddad Musi.
En entrevista, el empresario contrastó la evolución del cine libanés con el cine mexicano contemporáneo, sugiriendo que ambos enfoques han estado marcados por estereotipos globales: conflicto, migración y exotismo. Sin embargo, el cine libanés ha buscado desde su propia crisis estilística romper con la narrativa única de la guerra.
“El cine libanés no oculta el conflicto, pero no se arrodilla ante él. Esa es su lección más urgente para nosotros, dejar de retratar la violencia como destino inevitable y empezar a filmar la posibilidad de lo común, incluso en la ruina”, puntualizó.
También subrayó que la diáspora libanesa ha jugado un papel clave en el impulso de la cinematografía independiente del país, especialmente mediante cortometrajes y documentales que escapan a las lógicas comerciales de las plataformas digitales. Se estima que Líbano produce más de 200 cortometrajes al año, una cifra significativa considerando las condiciones estructurales adversas.
“Lo que mantiene vivo al cine libanés es su apuesta por la comunidad. No es una industria dominada por el mercado, sino un espacio colectivo de resistencia cultural. Ese espíritu artesanal y crítico, más que imitarse, puede ser comprendido y dialogado desde México”, expresó.
Finalmente, Ricardo José Haddad Musi reflexionó sobre el paralelismo y los vínculos que el cine ha generado entre dos culturas en apariencia distintas pero que comparten rasgos que las han llevado a ser resilientes.
“La exhibición de cine libanés en México ha permitido tejer conexiones culturales profundas entre dos países que, desde distintas geografías, enfrentan narrativas dominadas por la violencia. En este sentido, el cine libanés invita a mirar con otros ojos los relatos posibles y a preguntarse si es posible imaginar desde el cine un país que no solo sobrevive, sino que reconstruye su humanidad desde la pantalla”, puntualizó.
Perfil de Autor
- Redacción
Últimas notas
Política26 diciembre, 2025Detención de Joaquín Rodríguez Véjar despierta reacciones en Sonora
Destacadas22 diciembre, 2025Alfredo Del Mazo analiza la importancia de los datos en movilidad sostenible
Política19 diciembre, 2025Víctor González Herrera ofrece rehabilitación accesible en Morelos
Destacadas17 diciembre, 2025Shel-Ha refuerza la protección marítima ante riesgos de piratería en plataformas petroleras










