Ernesto Mizrahi analiza y adapta modelo japonés arquitectónico
Contaminación, sobrepoblación y escasez de recursos, son algunas de las problemáticas crecientes que se viven en grandes urbes como la Ciudad de México. Sin embargo, en distintas partes del mundo han comenzado a surgir modelos arquitectónicos que proponen una coexistencia equilibrada entre los humanos, las construcciones y los ecosistemas, detalló Ernesto Mizrahi.
Un ejemplo de ello se ha dado en Japón Inspirado por la Hand-in-Hand House, una casa de descanso construida en el corazón de un bosque japonés por el estudio de diseño Nendo, Ernesto Mizrahi propone tomar este modelo como punto de partida para revolucionar la arquitectura sustentable. La clave, según apuntó, radica en entender que construir no es solo levantar muros, sino dialogar con el entorno.
“La arquitectura debe dejar de imponerse al paisaje y empezar a caminar junto a él. Ese es el gran mensaje de la Hand-in-Hand House”, explicó Ernesto Mizrahi.
La Hand-in-Hand House, que se traduce literalmente como “Casa de la mano con la mano”, está formada por seis pequeñas estructuras o módulos independientes, cada uno con una función específica: cocina, baño, recámaras. Están dispuestos bajo un mismo techo inclinado, cuyas curvas y proporciones están inspiradas en la arquitectura tradicional japonesa.
Pero lo realmente innovador, según el especialista, no está en lo visual, sino en lo simbólico.“Cada módulo representa a un miembro de la familia. Viven juntos, pero también mantienen su propio espacio. Es un gesto de respeto entre personas y con la naturaleza”, afirmó.
Los espacios interiores y exteriores se entrelazan, sin límites definidos, permitiendo que la luz natural y el aire fluyan libremente. No hay bardas ni muros que aíslen del bosque; al contrario, todo parece diseñado para integrarse en él.
Aunque el diseño responde a una cultura y un ecosistema muy distintos al nuestro, Ernesto Mizrahi sostiene que su filosofía puede traducirse con éxito a nuestra realidad. Para lograrlo, se proponen tres principios clave:
El experto advierte que si no se transforma la forma de construir en México, las consecuencias serán cada vez más graves, entre olas de calor más intensas, menor captación de agua y pérdida total del equilibrio ecológico urbano.
Actualmente, ciudades como la capital del país siguen creciendo a costa de talar áreas verdes y cubrir el suelo con concreto. Ernesto Mizrahi asegura que este modelo ya no es viable. “La arquitectura tiene el poder de sanar o de herir el territorio. Hoy, más que nunca, necesitamos sanar. Diseñar es una responsabilidad ambiental, ética y social”, concluyó.
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