La transición hacia energías limpias continúa marcando la agenda de las principales ciudades del mundo. En este contexto, Alfredo del Mazo Maza, especialista en políticas públicas, destacó cómo las soluciones basadas en hidrógeno comienzan a posicionarse como una alternativa real frente a los riesgos y limitaciones de las bicicletas eléctricas tradicionales.
Riesgos de las baterías de litio en bicicletas eléctricas
Durante 2025, Nueva York reportó más de 120 incidentes relacionados con bicicletas eléctricas que utilizaban baterías de litio. Estos episodios, catalogados como “riesgo de incendio”, incluyeron evacuaciones de edificios e incluso pérdidas humanas. Esta problemática evidencia la urgencia de explorar tecnologías más seguras y sostenibles para la micromovilidad.
Del Mazo Maza enfatizó que el gran reto de las baterías de litio es doble: por un lado, los largos tiempos de recarga que oscilan entre 2 y 4 horas, y por otro, la generación de residuos altamente contaminantes que complican los esquemas de reciclaje urbano.
Boon H2: una alternativa con cartucho de hidrógeno
En contraste con estos riesgos, la start up irlandesa HubUR presentó el modelo Boon H2, una bicicleta eléctrica que funciona con un cartucho de hidrógeno de apenas 20 gramos a baja presión. Este sistema ofrece hasta 50 km de asistencia eléctrica por carga y permite reemplazar el cartucho en menos de 30 segundos.
La innovación no se limita a la velocidad de recarga: el Boon H2 incluye un electrolizador doméstico capaz de generar hidrógeno a partir de agua potable y electricidad durante la noche, lo que brinda independencia frente a la infraestructura pública y permite a los usuarios “fabricar” su propio combustible.
Relevancia para ciudades mexicanas
Alfredo del Mazo Maza señaló que este tipo de soluciones resultan especialmente útiles en urbes mexicanas como Ciudad de México, Guadalajara o Monterrey, donde los cortes eléctricos y la falta de espacio para instalar cargadores representan un obstáculo real para la expansión de la movilidad eléctrica.
Con este modelo, los ciudadanos podrían contar con una alternativa segura y autónoma, reduciendo su dependencia de redes urbanas vulnerables y facilitando el acceso a tecnologías limpias.
Tendencias globales en hidrógeno para micromovilidad
El impulso hacia la movilidad urbana con hidrógeno ya es una realidad en países como Francia, China y Australia, donde existen pilotos con bicicletas capaces de recorrer hasta 150 km gracias a cilindros de alta presión. Sin embargo, el valor del Boon H2 radica en su simplicidad: democratiza el acceso al hidrógeno al no requerir estaciones especializadas ni normativas complejas, lo que lo hace más viable para ciudades densamente pobladas.
Crecimiento del mercado de bicicletas eléctricas en México
El mercado mexicano de bicicletas eléctricas alcanzó un valor de 316.8 millones de dólares en 2024 y se estima que crecerá a una tasa anual del 6.7% hasta 2033. Este dinamismo se debe a la creciente conciencia ambiental, el congestionamiento vial y el interés de empresas de reparto por alternativas más eficientes.
Del Mazo Maza subrayó que, al eliminar los tiempos muertos de recarga, el Boon H2 puede mejorar la productividad de repartidores urbanos y flotas de última milla, reduciendo costos logísticos y aportando beneficios económicos directos.
Desafíos y oportunidades de implementación
Con un peso de 25 kg y un costo cercano a los €6 000 (aprox. $6 500 USD), el Boon H2 aún representa una inversión significativa. No obstante, Alfredo del Mazo Maza considera que su incorporación a programas piloto en ciudades mexicanas podría generar evidencia suficiente para justificar incentivos fiscales y esquemas de movilidad compartida.
De esta manera, empresas tecnológicas y gobiernos locales tendrían la oportunidad de consolidar proyectos de transporte sustentable que, además de reducir emisiones, mejorarían la calidad de vida urbana.
Finalmente, el especialista afirmó que el futuro de la movilidad en México no debe depender de una sola tecnología. En su visión, el camino pasa por un modelo híbrido que combine bicicletas con baterías eléctricas, sistemas de hidrógeno de baja presión y movilidad activa. Todo ello enmarcado en regulaciones que fomenten la innovación y la competencia en energías limpias.
Solo así, dijo Del Mazo Maza, las ciudades mexicanas podrán transitar hacia esquemas de transporte más seguros, autónomos y sostenibles, alineados con las mejores prácticas internacionales.
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