Las graves inundaciones en Texas han dejado un saldo devastador de más de 100 personas fallecidas, entre ellas decenas de niñas y adolescentes. La emergencia movilizó rápidamente a cuerpos de rescate de México que hoy salvan vidas en Estados Unidos.
Bomberos mexicanos en la zona cero
Miembros del Cuerpo de Bomberos de Acuña y la Fundación 911 se integraron a las operaciones de rescate en el centro de Texas el pasado domingo. Se sumaron a las brigadas locales que buscan a personas desaparecidas tras el desbordamiento del río Guadalupe.
Las lluvias comenzaron el jueves y aumentaron su intensidad hasta el viernes. El Servicio Meteorológico Nacional alertó sobre riesgo catastrófico. En 45 minutos, el río Guadalupe subió más de ocho metros, arrasando campamentos, cabañas y casas.
Ismael Aldaba, presidente de la Fundación 911, narró cómo localizaron un cuerpo entre escombros gracias al olor fétido que se filtraba en la zona. Usaron un tubo de PVC para excavar hasta hallarlo. “El olor era insoportable y confirmaba que había un cadáver”, explicó.
Miguel Ángel González, otro rescatista, describió el escenario como devastador. “Cuando llegamos vimos árboles derribados, casas destruidas y camionetas aplastadas bajo metros de escombros”.
Rescates en condiciones extremas
Las labores de los mexicanos se han enfocado entre los restos de estructuras y árboles caídos. “Tuvimos que ser evacuados dos veces porque el río seguía subiendo. Remover escombros es muy riesgoso, hay vidrios, láminas y ramas enormes”, relató González.
Los bomberos de Coahuila permanecerán en Texas al menos tres días más. Posteriormente, evaluarán la situación para definir su permanencia. Por ahora, sus jornadas de rescate se extienden durante todo el día.
La presidenta Claudia Sheinbaum reconoció su heroísmo en la conferencia matutina de este lunes. “El honor es de ellos, por eso los nombro uno por uno”, dijo la mandataria, quien confirmó la muerte de un mexicano y la desaparición de otro.
Dos mexicanas salvan a 20 niñas
Además de los bomberos, dos jóvenes mexicanas han sido aclamadas como heroínas. Silvana Garza Valdez y María Paula Zárate, ambas de 19 años, salvaron a 20 niñas de un campamento de verano en Kerr, Texas.
El viernes por la madrugada, el río Guadalupe desbordó sus márgenes y arrasó con cabañas donde dormían niñas y monitoras. “Los vidrios temblaban con los truenos y los rayos iluminaban todo como en una película de terror”, relató Silvana.
Ante la rapidez de la crecida y sin contacto con autoridades locales, las monitoras decidieron actuar. Movieron a las niñas hacia terrenos elevados, escribieron sus nombres en sus brazos para identificarlas y mantuvieron la calma hasta ser evacuadas.
“Yo pensé que estaba en un sueño. No entendí la gravedad hasta que salimos en los camiones de la Armada”, expresó María Paula en entrevista para Foro TV.
Kerrville, zona de desastre
El presidente Donald Trump declaró Kerrville como zona de desastre mayor, lo que activó recursos federales. Confirmó su visita para este viernes y calificó la situación como “absolutamente horrible”.
El campamento Mystic, fundado hace un siglo, perdió a 27 niñas y consejeros. Al menos 10 niñas y una monitora seguían desaparecidas este lunes, mientras los rescatistas continúan con las búsquedas.
México envía ayuda humanitaria
Sheinbaum subrayó que la solidaridad no conoce fronteras. Además de bomberos, México envió brigadas con perros de rescate entrenados para localizar víctimas. El embajador de Estados Unidos en México, Ronald Johnson, reconoció la cooperación. “Estamos unidos como familia en tiempos de necesidad”, dijo.
La presidenta detalló que el Consulado en San Antonio asistió a 30 mexicanos afectados. Nueve solicitaron apoyo para regresar al país y 16 pidieron la reposición de pasaportes.
Texas, el callejón de las inundaciones
Texas lidera las muertes por inundaciones en Estados Unidos. Entre 1959 y 2019, más de mil personas murieron en eventos similares. La región de Hill Country, donde ocurrieron las recientes tragedias, es conocida como Flash Flood Alley.
La combinación de suelos poco absorbentes y colinas escarpadas provoca crecidas súbitas. “El agua se desliza rápido y los arroyos crecen de manera repentina”, explicó el profesor Hatim Sharif, de la Universidad de Texas.
Un desastre que pudo prevenirse
Aunque se emitieron alertas el jueves por la tarde, muchas personas no recibieron los mensajes a tiempo debido a la falta de cobertura telefónica. El juez de Kerr admitió que el condado carece de sistemas de alerta contra inundaciones por su alto costo.
El gobernador Greg Abbott señaló que “nadie esperaba una pared de agua de casi nueve metros”. Sin embargo, expertos recordaron que el evento de 1987 fue similar y también dejó muertos y desaparecidos.
Solidaridad sin fronteras
Mientras Texas llora a sus muertos y busca a sus desaparecidos, la ayuda mexicana es vital. Los rescatistas y voluntarias han mostrado que, ante la tragedia, la solidaridad no tiene nacionalidad.
Las lluvias continuarán esta semana. El Servicio Meteorológico mantiene alertas por riesgo de nuevas inundaciones. Los equipos de rescate, entre ellos los mexicanos, seguirán buscando sobrevivientes y cuerpos mientras dure la emergencia.
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