Las expectativas del 2025 lo pintan a ser un año de gran trascendencia tanto en el ámbito económico como en el geopolítico. Los eventos ocurridos durante los últimos meses de 2024, como el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, han dejado un escenario incierto que influirá en las economías y relaciones internacionales del próximo año. A continuación, se analizan los principales factores que determinarán el rumbo del 2025.
Con su retorno al poder el 20 de enero de 2025, Donald Trump ha prometido una política proteccionista que incluye imponer aranceles del 25% a los productos provenientes de México. Esto podría representar un retroceso a niveles arancelarios de la década de 1930 y afectaría gravemente sectores como el automotriz. Datos de DataMéxico revelan que más del 84% de las exportaciones mexicanas tienen como destino Estados Unidos, lo que subraya la magnitud del impacto potencial.
Los economistas advierten que estas medidas no solo dañarían el comercio bilateral, sino que también podrían desatar represalias, reorganizar cadenas de suministro y avivar la inflación en Estados Unidos. Además, estas políticas podrían acelerar la migración forzada desde Centroamérica debido a la pérdida de empleos y la contracción económica en la región.
La volatilidad del peso mexicano frente al dólar continuará en 2025. Especialistas como Humberto Calzada, economista en jefe de Rankia Latam, pronostican que los primeros meses de la administración Trump podrían mantener el tipo de cambio en un rango de entre 19.50 y 21 pesos por dólar, con un promedio esperado de 20.70 según la Secretaría de Hacienda.
Factores adicionales, como la relación bilateral entre México y Estados Unidos y la política fiscal local, también influirán en el comportamiento de la moneda. La incertidumbre generada por las medidas arancelarias y el entorno geopolítico contribuirán a un escenario de tensión económica.
El Banco de México ha proyectado que no logrará alcanzar su meta de inflación del 3% hasta al menos el tercer trimestre de 2026. Los planes arancelarios de Trump son un factor clave que podría complicar aún más este objetivo. La Junta de Gobierno de Banxico ha alertado que esta incertidumbre podría desencadenar un repunte inflacionario, afectando a consumidores y empresas por igual.
El regreso de Donald Trump también implica un cambio significativo en la política exterior de Estados Unidos. Con Marco Rubio al frente de la diplomacia, se anticipa un endurecimiento hacia América Latina, particularmente contra Cuba, Nicaragua y Venezuela. Este enfoque podría intensificar las sanciones y desestabilizar aún más a las economías de la región.
Además, el fortalecimiento del dólar y las políticas migratorias restrictivas podrían generar una crisis en los países receptores de migrantes, como México, Panamá y Costa Rica. Las remesas, que representan una parte considerable del PIB en países como El Salvador y Nicaragua, también podrían verse afectadas por estas políticas.
El panorama geopolítico global seguirá marcado por tensiones en Oriente Medio y Ucrania. Desde el ataque de Hamás a Israel en octubre de 2023, la región ha estado al borde de una guerra generalizada. La llegada de Trump y su apoyo incondicional al gobierno de Benjamin Netanyahu podría prolongar el conflicto en Gaza sin una solución política a la vista.
En Ucrania, la guerra con Rusia entra en su tercer año. La dependencia de Kiev de la ayuda occidental y la presión para negociar con Moscú podrían redefinir el conflicto. Trump ha prometido resolver la situación «en 24 horas», aunque su cercanía con Vladimir Putin genera incertidumbre sobre sus verdaderas intenciones.
Taiwán sigue siendo un punto de tensión global. China, que considera la isla parte de su territorio, ha incrementado su presencia militar en la región. Con Estados Unidos como principal aliado de Taiwán, cualquier acción militar podría desencadenar un conflicto de proporciones globales. La administración Trump, conocida por su postura firme hacia Beijing, podría intensificar las tensiones.
Corea del Norte también jugará un papel importante en el escenario geopolítico de 2025. El país, que ha reforzado su cooperación militar con Rusia, podría desestabilizar aún más la región del noreste de Asia. Este acercamiento incluye el intercambio de tecnología militar y un tratado de defensa mutua, lo que podría escalar las tensiones con Corea del Sur y Estados Unidos.
El 2025 será un año crítico, marcado por un entorno económico desafiante y tensiones geopolíticas que podrían redefinir el orden mundial. Desde las políticas proteccionistas de Donald Trump hasta los conflictos en Oriente Medio, Ucrania y Asia, el próximo año presentará retos significativos para los gobiernos, las empresas y los ciudadanos. Mantenerse informado y preparado será clave para afrontar este complejo panorama.
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