Un nuevo ciclo dio inició a nivel administrativo en la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), el cual, al menos en el tema financiero arrancó con la excelente noticia de que el Gobierno Estatal le otorgaría para el ejercicio del 2024 un incremento del 13% a su presupuesto, lo que ascendería a un total de mil 194 millones de pesos.
Dicho aumento, que corresponde al tercero autorizado de manera consecutiva, se pudo derivar de las condiciones económicas favorables del Estado, respaldadas por finanzas saludables.
A finales del año pasado, el gobernador queretano, Mauricio Kuri González, a través de un comunicado destacó que durante su gestión se ha otorgado un aumento del 40% al presupuesto de la institución educativa.
No obstante, eso no fue lo único; ya que, también adelantó que la UAQ recibiría un trato preferencial en el cobro del agua, equiparable al aplicado a Instituciones de Asistencia Privada y Asociaciones Civiles estatales.
Entonces, ¿cuáles son los retos que enfrenta la Universidad estatal?
El cuestionamiento se plantea luego de que, en el proceso de elección del nuevo rector de la UAQ, varios de los aspirantes coincidieron en la necesidad de replantear y hacer más eficientes los modelos de repartición de los recursos al interior de la institución educativa, sin olvidar que también dejaron la puerta abierta para la generación de recursos propios.
La UAQ y el uso de sus recursos
Hace algunas semanas, un análisis de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) encontró que producto de pagos no autorizados, contratación errónea de docentes, depósitos en “otras cuentas” o erogaciones para plazas no justificadas, había irregularidades en 35 universidades públicas por mil 577.2 millones de pesos.
Entre estas se encuentra la institución queretana, que si bien no aparece liderando los rubros que el análisis detalla, si acarrea problemas operativos.
Por ejemplo, entre 2013 y 2022, la UAQ se posicionó como la tercera Universidad Pública Estatal (UPE) a nivel nacional que, en promedio, destinó un mayor gasto a pensiones y jubilaciones, asignando el 13.5% de su presupuesto total a este rubro.
Además, la Máxima Casa de Estudios en la entidad exhibió un notable nivel de gasto en relación con otras universidades, dentro de la categoría de «Gasto en Transferencias, Asignaciones, Subsidios y Otras ayudas».
De la misma forma, la institución queretana asignó el 64.1% de su presupuesto total a Gasto en Servicios Personales durante el periodo de 2013 a 2022; de modo que, considerando ese porcentaje, así como 13.5% a pensiones, jubilaciones y becas, el total suma un 77.6%, lo que indica que solo deja un 22.4% para aspectos cruciales como la inversión en infraestructura, equipos y el mantenimiento de instalaciones, entre otros.
Incluso, recientemente para evitar una huelga, la nueva rectora de la UAQ, Silvia Amaya Llano aceptó subir la oferta un 4.3% para aumentar los recursos percibidos por los integrantes del Sindicato de Trabajadores y Empleados de esta casa de estudios (STEUAQ).
Por ello, es imprescindible que las autoridades universitarias diseñen un mejor uso de sus recursos, para que se puedan utilizarlos en otros aspectos trascendentales de la vida académica universitaria, como investigaciones o infraestructura de calidad.
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- Victor GL
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