La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, rompió el silencio este 8 de enero tras las polémicas declaraciones del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien aseguró que renombrará el Golfo de México como “Golfo de América” al asumir la presidencia. En su conferencia matutina, conocida como «La Mañanera del Pueblo», Sheinbaum rechazó la propuesta y reafirmó que el nombre del Golfo de México está avalado por organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
“En México gobierna el pueblo, no los narcotraficantes”, declaró Sheinbaum, haciendo alusión a comentarios previos de Trump sobre la situación política del país. Además, sugirió de manera simbólica renombrar a la región de América del Norte como «América Mexicana», basándose en mapas históricos del siglo XVII que identificaban al territorio bajo ese nombre.
Una propuesta polémica: «Golfo de América»
Donald Trump, a días de asumir nuevamente como presidente de Estados Unidos, propuso durante una conferencia de prensa cambiar el nombre del Golfo de México por el de «Golfo de América». Según Trump, el nuevo nombre tiene «un lindo sonido» y es más apropiado para la cuenca oceánica que comparten México, Estados Unidos y Cuba.
“Es un nombre hermoso y abarca una gran extensión de territorio”, afirmó Trump. La congresista republicana Marjorie Taylor Greene respaldó la idea y aseguró que presentará un proyecto de ley para formalizar el cambio.
Respuesta mexicana: defensa de la identidad histórica
La propuesta generó un rechazo inmediato en México. Claudia Sheinbaum destacó que el nombre «Golfo de México» tiene raíces históricas y es reconocido internacionalmente. Con el apoyo de un mapa de 1607, recordó que desde hace siglos la región ha sido identificada bajo esa denominación, consolidada en los registros históricos y cartográficos de la época colonial.
“¿Por qué no le llamamos América Mexicana? ¿Se oye bonito, no?”, cuestionó Sheinbaum, aludiendo a los mapas que mencionan dicho término para referirse a lo que hoy se conoce como América del Norte.
Por su parte, el exsecretario de Relaciones Exteriores y actual secretario de Economía, Marcelo Ebrard, calificó la propuesta de Trump como innecesaria y aseguró que el nombre del Golfo de México permanecerá intacto. «Dentro de 30 años seguirá llamándose igual», afirmó.
Orígenes del nombre Golfo de México
El término «Golfo de México» tiene un origen histórico que data de la época de la conquista española en el siglo XVI. Exploradores europeos lo denominaron así debido a su proximidad con las tierras que formaban parte del Virreinato de la Nueva España, hoy México.
Aunque las civilizaciones prehispánicas que habitaban sus costas tenían nombres propios para esta vasta extensión marítima, el término se consolidó durante el período colonial como una referencia clave en el comercio y la expansión territorial.
Un debate diplomático en puerta
Sheinbaum evitó profundizar en una confrontación con el futuro presidente estadounidense y señaló que confía en que la relación entre ambos países será de respeto mutuo. «Ayer al presidente Trump le mal informaron, con todo respeto», afirmó. Según la mandataria, los comentarios del republicano reflejan una visión desactualizada sobre México, asociándolo con administraciones anteriores.
«En México ya no gobiernan Felipe Calderón ni (Genaro) García Luna. En México gobierna el pueblo», subrayó Sheinbaum, en referencia al impacto de casos de corrupción ligados a figuras del pasado.
Impacto regional y geopolítico
La propuesta de Trump no solo pone en la mesa un tema simbólico, sino que también refleja las tensiones políticas entre ambos países. Cambiar el nombre del Golfo de México podría interpretarse como una intención de apropiarse culturalmente de una región compartida históricamente por México, Estados Unidos y Cuba.
En este contexto, expertos señalan que iniciativas como esta no solo son innecesarias, sino que pueden deteriorar las relaciones diplomáticas entre las dos naciones. “El nombre del Golfo no es solo un término geográfico; es un símbolo de la historia y la identidad compartida de la región”, señaló un analista en geopolítica.
Conclusión: un nombre que trasciende fronteras
El Golfo de México, más que una denominación, representa siglos de historia compartida entre las naciones que lo rodean. La postura de Claudia Sheinbaum reafirma la importancia de proteger los símbolos históricos y culturales que forman parte de la identidad mexicana.
Mientras Donald Trump se prepara para asumir la presidencia, este debate pone en evidencia las diferencias ideológicas y políticas que podrían marcar la relación bilateral en los próximos años. Sin embargo, México parece decidido a defender su legado histórico y a preservar el nombre que ha definido esta región por siglos.
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