Preocupación en el Vaticano: el Papa Francisco y su delicado estado de salud

Preocupación en el Vaticano: el Papa Francisco y su delicado estado de salud
Preocupación en el Vaticano: el Papa Francisco y su delicado estado de salud

El Papa Francisco, líder de la Iglesia Católica desde 2013, enfrenta actualmente un «cuadro complejo» de neumonía bilateral. La noticia ha generado preocupación dentro y fuera del Vaticano, no solo por la gravedad de su condición médica, sino también por el impacto que podría tener en el futuro del papado.

Un estado de salud en deterioro

El pontífice de 88 años fue internado el pasado 14 de febrero en un hospital de Roma, donde los estudios médicos revelaron una infección polimicrobiana agravada por bronquiectasias y bronquitis asmática. Esta situación ha requerido una combinación de antibióticos y cortisona, lo que hace que su tratamiento sea más complicado.

A pesar del delicado cuadro, el Vaticano aseguró en un comunicado que el Papa «tuvo una noche tranquila, se despertó y desayunó», agregando que «su corazón funciona bien». Sin embargo, la incertidumbre sobre su capacidad para continuar con sus funciones sigue en aumento.

Una renuncia anticipada: la carta de Francisco

Desde hace varios años, el Papa Francisco ha sido claro sobre su postura respecto a la renuncia en caso de una salud debilitada. En diversas entrevistas, ha mencionado que firmó una carta de dimisión poco después de asumir el papado en 2013. Inicialmente, este documento estuvo en manos del cardenal Tarcisio Bertone y, actualmente, se cree que está bajo resguardo del cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano.

Francisco ha manifestado en repetidas ocasiones que, si su salud no le permite seguir gobernando, no dudaría en dar un paso al costado. «Se gobierna con la cabeza, no con la rodilla», afirmó en el pasado, cuando sus problemas de movilidad le obligaron a usar silla de ruedas. No obstante, también ha aclarado que, de darse su dimisión, no adoptaría el título de «Papa emérito» como lo hizo su predecesor, Benedicto XVI. En su lugar, sería conocido como «obispo emérito de Roma» y no viviría en el Vaticano ni regresaría a Argentina.

El precedente de Benedicto XVI

La posibilidad de una renuncia papal no es nueva en la historia de la Iglesia, pero sigue siendo un evento sumamente raro. Antes de Benedicto XVI, la última dimisión de un Papa había ocurrido en el siglo XIII. En 2013, el mundo se sorprendió cuando Joseph Ratzinger renunció a su cargo, citando problemas de salud. Su decisión marcó un hito y estableció un precedente que Francisco podría seguir.

En su libro «Esperanza», publicado en 2024, Francisco dejó claro que su renuncia es una «hipótesis lejana», pues considera que el ministerio petrino es «ad vitam» (para toda la vida). Sin embargo, también ha reconocido que, si su salud se deteriora gravemente, tomaría la misma decisión que su predecesor.

La preocupación por la neumonía bilateral

La neumonía bilateral es una afección grave que puede comprometer la capacidad respiratoria. En el caso del Papa, su situación es aún más delicada debido a su edad y a problemas de salud previos. En su juventud, Francisco sufrió la ablación parcial de un pulmón, lo que lo hace más vulnerable a infecciones respiratorias. Además, ha enfrentado episodios recurrentes de bronquitis y ha sido sometido a varias cirugías, incluida una operación intestinal en 2021 y una cirugía abdominal en 2023.

Los síntomas de la neumonía bilateral incluyen fiebre, dificultad para respirar, tos con flema, fatiga extrema y dolor en el pecho. Dada la complejidad del caso del Papa, los médicos del Vaticano han intensificado sus cuidados para evitar complicaciones mayores.

El futuro del papado

Mientras el Papa Francisco permanece en el hospital bajo observación, las especulaciones sobre su posible renuncia continúan creciendo. En caso de que se concrete su dimisión, se abriría un nuevo Cónclave en el que los cardenales de todo el mundo elegirán a su sucesor.

Por ahora, el Vaticano mantiene una postura optimista sobre la recuperación del pontífice, aunque su estado de salud sigue siendo una de las principales preocupaciones para la Iglesia Católica. El mundo estará atento a las próximas actualizaciones sobre su evolución y las posibles decisiones que podrían marcar el futuro de la institución.

Conclusión

El Papa Francisco enfrenta uno de los momentos más delicados de su papado. Su salud, ya debilitada por diversas afecciones, ahora se ve amenazada por una neumonía bilateral que ha complicado su tratamiento. Aunque el Vaticano insiste en que su condición está controlada, las dudas sobre su continuidad en el cargo persisten. Con una carta de renuncia ya firmada y el precedente de Benedicto XVI en mente, el futuro del papado podría estar más cerca de un cambio de lo que muchos esperan.

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