Foto Especial
Una de las maravillas geológicas más espectaculares de México y el mundo se encuentra en Querétaro, específicamente en la sierra gorda, y se trata de nada más y nada más que el Sótano del Barro.
El lugar es una enorme cavidad natural a cielo abierto, producto del colapso del techo de una sima o dolina, la cual está situada en el municipio de Arroyo Seco cerca de Santa María de Cocos.
En el Sótano del Barro se encuentra una boca alargada de 500 metros de diámetro en su parte más ancha y 200 m en la zona más estrecha; en tanto, hacia abajo, se forma un sótano con una caída libre de 410 metros, a una profundidad total de 455 metros y 15 millones de metros cúbicos.
Además, su localización yace a una altitud es de 1,860 metros sobre el nivel del mar a partir de la abertura y 1,405 m.s.n.m. sobre el suelo de la cavidad.
En ella residen 144 especies de plantas y 104 de animales, (54 insectos, 23 ácaros, 12 arácnidos, 3 especies de anfibios, 4 reptiles, seis aves y dos especies de mamíferos, todas ellas registradas por especialistas de la Universidad de Querétaro.
Ubicado como ya se dijo en el municipio de Arroyo Seco, estado de Querétaro, en el centro de México, está justamente a 35 km al noroeste de Jalpan de Serra.
Para llegar hay que tomar la carretera número 69, y pasando el kilómetro 24 se toma una desviación a la izquierda (poniente); posteriormente se continúa por aproximadamente 28 km de terracería hasta la localidad de Santa María de los Cocos; y a partir de dicho punto el recorrido de 7 km cuesta arriba debe hacerse a pie o en mula.
A la cima de recorrido, se encuentra un pequeño mirador desde donde se puede observar el Sótano del Barro con una perspectiva superior y hacia dentro de la peculiaridad geológica.
Al estar situado en la Reserva de la Biosfera de la Sierra Gorda de Querétaro, la actividad principal para realizar es de senderismo, pero también destaca la observación de las aves.
Para los viajeros que deseen aventurarse a ir al lugar, se recomienda que lleven cámara, binoculares y equipo de montañismo para que, al llegar a la cumbre, se puedan apreciar mejor las panorámicas de la impresionante belleza del lugar.
No obstante, por parte de la Reserva, también se restringieron muchas actividades de rapel y exploración espeleológica para descender a las entrañas de la cueva vertical.
El Sótano del Barro se ha convertido en el refugio de la última colonia de guacamayas verdes (Ara Militaris), una de las 22 especies de psitácidos que radican en México.
Junto con la Cañada del Infiernillo, el lugar es sitio ideal de anidación de la colonia de guacamayas verdes, el cual se compone actualmente de aproximadamente 40 parejas que se encuentra en la Sierra Gorda.
La presencia de dichas aves fue razón fundamental para que, con el decreto de creación de la reserva en 1997, el Sótano del Barro fuera designado como una zona núcleo de la misma, limitando con ello la entrada de espeleólogos a esta cavidad.
Así que ya sabes, si quieres visitar el lugar, no dejes de hacerlo, pero ten en cuenta lo importante de respetar la flora y la fauna endémica.
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