Viernes 13 😱 ¿Por qué lo tememos? Descubre la historia de la superstición
Desde la antigüedad, el número 13 ha despertado temores y supersticiones. Pero cuando este número se cruza con el viernes, el resultado es una fecha rodeada de mitos, desconfianza y hasta pérdidas económicas. En muchas culturas, el viernes 13 es sinónimo de mala suerte. Pero ¿por qué? ¿De dónde viene esta creencia tan arraigada? Aquí exploramos su origen, evolución y el efecto que tiene hoy.
La percepción negativa del número 13 tiene una fuerte base en creencias religiosas, especialmente en el cristianismo. Mientras que el número 12 se asocia con la perfección y la totalidad (12 apóstoles, 12 meses del año, 12 signos zodiacales), el 13 representa desequilibrio y caos.
Una de las principales razones de esta mala fama está en la Última Cena. Jesús compartió la mesa con sus 12 discípulos. El decimotercer invitado, Judas Iscariote, fue quien lo traicionó. Para muchos, este hecho marca el número 13 como símbolo de traición y muerte.
Además, la crucifixión de Jesús ocurrió un viernes. En el imaginario colectivo, esa combinación —viernes y 13 personas en una mesa— se convirtió en un mal presagio. Algunos teólogos incluso sostienen que Adán y Eva pecaron un viernes, y que Abel fue asesinado por Caín el mismo día de la semana.
Además, en el Libro del Apocalipsis, el Anticristo aparece en el capítulo 13. Esto refuerza el número como símbolo de mal y fin del mundo.
Por otro lado, en la cábala judía, el número 13 aparece ligado a fuerzas oscuras. También remite a la historia del carnero que Abraham debió sacrificar, reservado a la muerte. Esto atribuye connotaciones negativas al 13 mucho antes de la Cristiandad.
Aunque el viernes 13 es más temido en países anglosajones y latinoamericanos, en otros lugares como Grecia o España el martes 13 es la fecha señalada. La raíz de esta diferencia se encuentra en las culturas antiguas.
El martes es el día dedicado a Marte, dios romano de la guerra. Para los romanos, Marte era una deidad violenta y caótica. Por ello, un martes 13 simbolizaba un mal día para tomar decisiones importantes, casarse o emprender viajes.
En el mundo anglosajón, en cambio, el viernes ya cargaba con connotaciones negativas desde mucho antes del cristianismo. Al combinarse con el número 13, nace una “doble maldición” para los supersticiosos.
Una de las referencias históricas más conocidas ocurrió el viernes 13 de octubre de 1307, cuando el rey Felipe IV de Francia ordenó el arresto masivo de los Caballeros Templarios. Con el respaldo del papa Clemente V, los acusó de herejía y sacrilegio. Muchos fueron torturados y ejecutados.
Este hecho marcó profundamente la memoria colectiva. Con el tiempo, reforzó la idea de que el viernes 13 era un día maldito. De hecho, algunos estudiosos afirman que esta fecha fue clave para el nacimiento de la leyenda negra.
Otro ejemplo es la conexión con la mitología nórdica. En una cena en el Valhalla, Loki —dios del engaño— se presentó sin invitación como el decimotercer comensal. Su llegada provocó la muerte del dios Balder y trajo oscuridad al mundo. Esta historia refuerza la idea de que el número 13 representa caos e infortunio.
La superstición no se quedó en lo religioso ni en lo histórico. El viernes 13 se convirtió en un fenómeno cultural. En 1907, Thomas William Lawson publicó una novela llamada Viernes 13, donde un corredor de bolsa provoca una caída financiera en Wall Street. Aunque ficción, el libro aumentó la notoriedad de la fecha.
Sin embargo, fue en 1980 cuando el viernes 13 alcanzó su pico de fama con la película Friday the 13th. El éxito del filme originó una de las sagas de terror más populares del cine, con el icónico asesino Jason Voorhees como símbolo del horror.
Desde entonces, el viernes 13 ha sido sinónimo de miedo, pesadillas y sangre en el imaginario popular. Se convirtió en inspiración para videojuegos, canciones, libros y series de televisión.
El miedo al número 13 se conoce como triscaidecafobia. En su versión más específica, el miedo al viernes 13 recibe el nombre de parascevedecatriafobia. Aunque parecen conceptos extraños, afectan a muchas personas.
Algunos desarrollan ansiedad solo al ver el número. Otros evitan actividades importantes en esa fecha. Un ejemplo célebre fue el compositor Arnold Schoenberg, quien temía tanto al número 13 que evitaba usarlo. Irónicamente, murió un viernes 13, a los 76 años (7+6=13).
Este tipo de miedo tiene un origen psicológico. Los expertos lo relacionan con el pensamiento mágico, una forma de razonar donde se cree que dos cosas están conectadas sin base lógica. Por ejemplo, pensar que un día es malo solo porque “huele” a desgracia.
Aunque parezca exagerado, el viernes 13 tiene consecuencias reales en la economía. Donald Dossey, experto en folclore, calculó que cada viernes 13 se pierden entre 751 y 900 millones de dólares. Muchas personas cancelan vuelos, aplazan compras importantes o evitan firmar contratos.
Algunas empresas toman precauciones. Varias aerolíneas eliminan la fila 13 en sus aviones. Hoteles y rascacielos evitan nombrar un piso como el “13”. En algunos casos, este piso existe físicamente, pero se numera como 12B o se omite directamente.
Incluso se han realizado estudios para investigar si los accidentes aumentan en esa fecha. El Centro Holandés de Estadísticas Sobre Seguros reportó en 2008 que los viernes 13 se registraban menos accidentes de tráfico, incendios o robos que otros viernes. Esto podría deberse a que la gente actúa con más precaución.
A pesar de la superstición, no hay evidencia científica que confirme que el viernes 13 sea más peligroso que cualquier otro día. Según el Dr. Simon Bronner, de la Universidad Estatal de Pensilvania, este tipo de creencias se refuerzan solas. Si algo malo pasa un viernes 13, se recuerda. Si pasa un día cualquiera, se olvida.
Esto se conoce como sesgo de confirmación: las personas tienden a notar y recordar lo que confirma sus creencias, ignorando lo que las contradice.
Aun así, la fecha tiene un poder simbólico tan fuerte que mucha gente actúa diferente ese día. Algunos incluso celebran su “mala suerte” con maratones de películas de terror o fiestas temáticas.
El viernes 13 es un cruce de religión, historia, folclore y cultura pop. Se percibe como anomalía tras una numerología perfecta. El viernes, como día de muerte y traición, fortalece la superstición.
El miedo a este día no es solo un capricho moderno. Tiene raíces profundas en la religión, la historia y la psicología humana. Desde la mitología nórdica hasta la crucifixión de Jesús, pasando por la caída de los templarios y la cultura pop, el número 13 se ha convertido en un símbolo de mal augurio.
Sin embargo, más allá de los mitos, la ciencia no respalda la idea de que este día sea realmente peligroso. El miedo es real, pero sus fundamentos son simbólicos. En un mundo donde buscamos sentido al azar, el viernes 13 se vuelve una fecha perfecta para proyectar nuestros temores.
Ya sea por precaución o curiosidad, el viernes 13 sigue siendo parte de nuestro imaginario cultural. Nos recuerda que nuestras creencias pueden influir en cómo vivimos incluso fechas tan comunes. Quizá hoy, más que creer, deberíamos observar con asombro cómo una superstición puede transformar un día ordinario en un símbolo de misterio.
La superstición continúa por tradición, historias y sesgos.
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