Enclavado en la Reserva de la Biosfera de la Sierra Gorda, San Antonio Tancoyol es un destino poco conocido pero lleno de maravillas naturales y culturales. Uno de sus mayores atractivos es un enigmático cráter natural que permanece oculto para la mayoría de los viajeros. Este lugar, aún sin estudios oficiales, se ha convertido en un sitio imperdible para quienes buscan aventura, ecoturismo y paisajes sobrecogedores en Querétaro.
Al suroeste del pueblo de Tancoyol, en el municipio de Jalpan de Serra, se encuentra un hundimiento natural de enormes dimensiones que ha captado la atención de senderistas y fotógrafos. Desde las alturas, este fenómeno geológico —visible en imágenes satelitales— parece un Tiankeng o “Pozo Celestial”, similar a los que existen en China. Su forma perfectamente circular, rodeada de vegetación densa, genera un espectáculo visual impresionante y misterioso.
Aunque no se sabe con certeza su origen, se cree que podría tratarse de un cráter volcánico extinto o una depresión geológica milenaria. Lo único seguro es que su interior ofrece una biodiversidad sorprendente, única en la región, y un paisaje que parece sacado de otro planeta.
El lugar no cuenta con señalización ni rutas turísticas oficiales, por lo que se recomienda visitarlo con guía local o con ayuda de los habitantes de Tancoyol, quienes conocen los senderos rurales que conducen a esta maravilla escondida.
La aventura comienza con una caminata entre veredas poco transitadas que atraviesan distintos ecosistemas de la Sierra Gorda. A medida que avanzas, el paisaje se transforma: selva baja, árboles de encino y cactus de gran tamaño acompañan tu ruta. La fauna es igual de diversa. Es posible avistar aves, mariposas y otras especies endémicas, muchas de ellas protegidas por la Reserva de la Biosfera.
Una vez frente al cráter, la panorámica es impactante. El silencio solo lo rompe el canto de las aves y el viento que se cuela entre las copas de los árboles. Para muchos, este es un lugar perfecto para la meditación y la reconexión con la naturaleza. También es ideal para los amantes de la fotografía de paisaje, ya que las condiciones de luz y forma del terreno permiten capturas únicas.
Además del cráter, San Antonio Tancoyol alberga una de las cinco misiones franciscanas inscritas en la lista de Patrimonio Mundial por la UNESCO desde 2003. Construida entre 1761 y 1767 por fray Juan Ramos de Lora, la Misión de Nuestra Señora de la Luz es la más ornamentada de todas.
Su fachada de tres cuerpos con un frontón y columnas exhibe elementos del llamado barroco indígena. Ángeles con símbolos de la Pasión de Cristo, racimos de uva y figuras con rasgos olmecas, como jaguares y personajes tallados, adornan su portada. En el interior, destaca la escultura de la Virgen, así como numerosos elementos indígenas integrados en la arquitectura religiosa.
Incluso su barda perimetral es una obra digna de contemplar, convirtiendo a este recinto en un testimonio excepcional del mestizaje cultural en el siglo XVIII.
Tancoyol está ubicado a 58 kilómetros de Jalpan de Serra, en un trayecto que atraviesa paisajes contrastantes. La carretera revela selva baja, bosques de encino y cerros cubiertos de cactus de hasta tres metros de altura. Al llegar, el pueblo recibe al visitante con tranquilidad, casas coloridas y un jardín central ideal para descansar tras el recorrido.
Quienes dispongan de más tiempo pueden ampliar su aventura visitando sitios como el río Santa María, a 40 minutos por un camino de terracería. Allí, el agua azul intenso y el cañón que la rodea permiten actividades como la observación de aves y caminatas escénicas.
Otra opción es conocer el taller de talabartería cercano o dirigirse al Pueblo de las Nuevas Flores, una comunidad pame que ofrece artesanías hechas con palma. Si te interesa la cerámica, en Soledad de Guadalupe puedes decorar tus propias piezas, listas para ser recogidas al día siguiente.
San Antonio Tancoyol también conecta con otras localidades de valor cultural y ecológico:
El Saucillo: Caserío con un templo austero, ejemplo del esfuerzo de las comunidades indígenas en la construcción de misiones.
Valle Verde: Ideal para disfrutar de clima templado, arquitectura tipo cabaña y hospitalidad serrana. Aquí puedes observar flora y fauna en un entorno bien conservado.
La Cercada: A 7 kilómetros de Valle Verde, este lugar de cultura tének se alcanza tras un recorrido desafiante pero inolvidable entre montañas y bosques.
Tancoyol no es solo un destino, es una experiencia sensorial que combina misterio, historia y naturaleza. Su cráter secreto, su misión barroca y su entorno biodiverso lo convierten en una joya aún poco explorada de Querétaro.
Si buscas una escapada diferente, lejos del turismo convencional y cerca de lo esencial, San Antonio Tancoyol es una opción que no puedes dejar fuera de tu lista.
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