Cultura

Comienza el cónclave: 133 cardenales se reúnen para elegir al próximo Papa

Ciudad del Vaticano.– En medio de solemnidad, tradición y alta expectación mundial, 133 cardenales de 70 países iniciaron este miércoles el proceso del cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco, fallecido el mes pasado. Este cónclave, uno de los más diversos en los dos mil años de historia de la Iglesia católica, reúne a los electores en un ambiente de completo aislamiento para elegir al 267.º pontífice.

La jornada comenzó con una misa en la basílica de San Pedro, presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio. Durante su homilía, instó a los cardenales a dejar de lado intereses personales y encontrar un papa “que nuestro tiempo necesita”, capaz de unir a una Iglesia global y diversa. “El mundo necesita un líder que despierte conciencias”, expresó.

Tras la misa, los cardenales marcharon en procesión hacia la Capilla Sixtina, entonando cantos litúrgicos e invocando la guía del Espíritu Santo. Bajo el imponente fresco de «El Juicio Final» de Miguel Ángel, prometieron guardar secreto absoluto y mantenerse ajenos a toda interferencia externa. Con la orden “Extra omnes” (“¡Todos fuera!”), las puertas de la Capilla se cerraron, marcando el inicio del cónclave.

Parolin y Tagle: dos papables con visiones distintas

Aunque ningún favorito ha emergido con claridad, dos nombres destacan entre los analistas y dentro de los propios círculos vaticanos: Pietro Parolin y Luis Antonio Tagle. Ambos representan opciones diversas distintas para el rumbo de la Iglesia.

Pietro Parolin, de 70 años, es el actual secretario de Estado del Vaticano y una figura clave del pontificado de Francisco. Su cercanía con el papa emérito y su conocimiento profundo de la diplomacia vaticana lo colocan como un candidato fuerte. Conocido por su pragmatismo, Parolin ha negociado acuerdos delicados con gobiernos como China y Rusia, lo que refuerza su perfil de líder diplomático.

Su elección significaría, para muchos, una continuidad mesurada con el legado de Francisco. Sin embargo, algunos sectores más progresistas temen que no mantenga el ímpetu reformista del pontífice latinoamericano, ya que es más moderado. Esto podría ayudarlo en este cónclave, ya que su postura moderada abriría la puerta a recomponer fracturas dentro de la Iglesia.

Por otro lado, Luis Antonio Tagle, de 67 años y oriundo de Filipinas, es visto como el candidato ideal para encarnar el rostro verdaderamente global de la Iglesia. Fue arzobispo de Manila y ha estado al frente de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, una de las instituciones más influyentes del Vaticano. Su cercanía con las comunidades pobres y su carisma personal le han valido el apodo de “el Francisco asiático”.

La elección de Tagle lo convertiría en el primer papa asiático de la historia y en una figura simbólica para los católicos del sur global, en especial en Asia y África, donde la fe continúa creciendo con fuerza.

Un cónclave marcado por la incertidumbre

Este cónclave destaca no solo por su diversidad geográfica, sino también por el perfil de los electores. El 80% de los cardenales con derecho a voto fueron nombrados por Francisco, quien rompió con la tradición al elevar a religiosos de países antes marginados como Mongolia, Suecia o Tonga.

Esto ha generado una mezcla inédita de perspectivas y prioridades, lo cual podría alargar el proceso de votación. Para elegir al nuevo papa se requiere una mayoría de dos tercios, es decir, 89 votos. Aunque los cardenales no están obligados a votar el primer día, se espera una primera ronda simbólica este miércoles por la tarde.

En caso de no alcanzar un consenso, se realizarán hasta cuatro votaciones diarias. La única señal pública será el humo que emana de la chimenea de la Capilla Sixtina: negro para votaciones inconclusas, blanco para anunciar la elección del nuevo pontífice.

Presión, cabildeo y plegarias

Fuera del Vaticano, la presión también se hace sentir. Grupos de jóvenes, víctimas de abusos sexuales, defensores de la ordenación femenina y medios conservadores han hecho oír su voz en los días previos al cónclave. Incluso la política internacional se ha colado en el proceso, con un gesto polémico del presidente estadounidense Donald Trump, quien publicó una imagen suya vestido de papa.

Sin embargo, muchos fieles mantienen la esperanza de que el proceso se guíe por la espiritualidad más que por la política. Lisette Herrera, turista dominicana, acudió a rezar a la Plaza de San Pedro: “Solo siento que el Espíritu Santo está aquí y eso es todo lo que necesitamos saber”.

El futuro de la Iglesia en juego

El nuevo papa deberá enfrentar una serie de desafíos urgentes: la lucha contra los abusos sexuales, la creciente secularización en Occidente, el papel de la mujer en la Iglesia, el cambio climático y la migración. Además, tendrá que decidir si continúa el enfoque pastoral y reformista de Francisco o si retoma una línea más conservadora.

Las divisiones dentro del propio Colegio Cardenalicio reflejan esa tensión. Algunos prelados buscan un pontificado más predecible y doctrinal; otros, una Iglesia más abierta y global. La elección de Parolin representaría institucionalidad y diplomacia. La de Tagle, una apuesta por el sur global y una evangelización más cercana a los pobres.

¿Cuándo habrá humo blanco?

Aunque algunos cardenales expresaron que esperan un cónclave breve, lo cierto es que la diversidad de visiones y la falta de un favorito claro podrían alargar el proceso. En el último siglo, los cónclaves han requerido entre tres y catorce votaciones para llegar a un consenso. Francisco fue elegido en la quinta ronda en 2013.

Con millones de ojos puestos en una pequeña chimenea en lo alto de la Capilla Sixtina, el mundo católico —y también el político— espera que se alce el humo blanco. Solo entonces sabremos si el nuevo líder espiritual será el diplomático italiano Pietro Parolin o el carismático filipino Luis Antonio Tagle.