El 17 de junio de 2025 marcó un hito para los derechos laborales en México. Entró en vigor la llamada Ley Silla, una reforma a la Ley Federal del Trabajo (LFT) que reconoce el derecho de las personas trabajadoras al descanso durante su jornada. Esta normativa obliga a los empleadores a proporcionar asientos con respaldo en espacios definidos para este fin, y prohíbe que se obligue a permanecer de pie durante toda la jornada.
Aunque la ley ya está vigente, las empresas tienen 180 días naturales —hasta el 14 de diciembre— para adecuar su normativa interna y cumplir con las nuevas disposiciones. Esta medida representa un avance significativo en la protección de la salud laboral, particularmente en sectores como el comercio, los servicios y la atención al cliente, donde permanecer de pie por horas era la norma.
¿Qué establece la Ley Silla y a quién aplica?
La Ley Silla reformó los artículos 132, 133, 422 y 423 de la LFT. Ahora, se establece de manera explícita que las personas empleadoras deben proporcionar sillas con respaldo tanto para la ejecución de actividades como para el descanso intermitente durante la jornada laboral.
Esto no implica pausas programadas como los tradicionales 30 minutos para comer. Se trata de permitir que, siempre que la actividad lo permita, las personas puedan sentarse durante lapsos inactivos o entre tareas. La disposición también prohíbe expresamente que las y los trabajadores permanezcan de pie toda su jornada si no es estrictamente necesario por razones operativas o de seguridad.
La reforma aplica principalmente a:
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Tiendas de autoservicio y supermercados
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Establecimientos departamentales y de conveniencia
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Farmacias
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Restaurantes y cadenas de comida rápida
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Centros comerciales
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Call centers y módulos de atención al cliente
Sin embargo, puede extenderse a otros sectores donde predomina el trabajo de pie, como la seguridad privada, el aseo, la salud o la manufactura ligera. En industrias pesadas, la norma sólo se aplicará si la naturaleza de las actividades lo permite.
Un paso hacia la salud y la dignidad en el trabajo
Uno de los principales argumentos detrás de esta reforma es el impacto en la salud física de las personas que trabajan largas horas de pie. Estudios citados por la revista Gait and Posture señalan que 40 minutos continuos en postura vertical pueden provocar síntomas clínicamente relevantes, como dolor lumbar o fatiga. A mediano plazo, esto se traduce en várices, lesiones musculares, fascitis plantar y otros padecimientos.
En entrevista, el abogado laboral Diego García Saucedo explicó que la Ley Silla vincula, por primera vez en décadas, el derecho al descanso con una obligación patronal clara: ofrecer un espacio y una silla adecuados. Esto convierte una práctica antes ambigua en una norma específica, verificable y sancionable.
Asimismo, Daniel Jiménez González, del Centro de Reflexión y Acción Laboral (Cereal), advirtió que las multas por incumplimiento van de 250 a 2,500 UMAs, es decir, entre 28 mil y 280 mil pesos. En casos de reincidencia, incluso puede haber suspensión de actividades.
¿Qué sigue para las empresas y la STPS?
A partir del 17 de junio, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) cuenta con un plazo de 30 días para emitir la normatividad específica sobre los riesgos laborales asociados con la exposición prolongada en postura vertical. Este reglamento servirá de base para las inspecciones y para que la Ley Silla no quede en letra muerta.
Se estima que durante este año la STPS realizará más de 43 mil inspecciones laborales en todo el país. La Ley Silla será una prioridad en estas revisiones, sobre todo en giros de servicios y comercio. Para ello, las empresas deberán adaptar sus reglamentos internos y definir claramente los periodos de descanso permitidos, el uso de sillas y la ubicación de los espacios asignados.
México salda una deuda de más de un siglo
Aunque parezca una medida nueva, este tipo de regulaciones ya existían desde hace décadas en otros países de América Latina. México tenía una brecha de 111 años con Chile, 107 con Uruguay y 90 con Argentina en lo que respecta a normas sobre el descanso sentado en el trabajo. La Ley Silla, entonces, no sólo protege la salud: corrige un rezago histórico.
De acuerdo con una encuesta de OccMundial, el 45% de las personas que laboran de pie declaró que no recibe ningún tipo de apoyo para mitigar el cansancio físico en su empleo. La implementación de esta reforma podría cambiar esa realidad y mejorar significativamente las condiciones laborales en miles de centros de trabajo.
¿Cómo pueden denunciar las y los trabajadores?
Las personas trabajadoras que no tengan acceso a sillas con respaldo o cuyo patrón les impida sentarse pueden presentar una denuncia ante la STPS o en la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (PROFEDET). Las quejas pueden ser anónimas y se pueden hacer por internet.
Además de las sanciones económicas, el incumplimiento reiterado por parte de una empresa puede derivar en la clausura temporal de las actividades del centro laboral. Esto convierte la Ley Silla en una herramienta de presión legítima para exigir condiciones más dignas.
Conclusión
La entrada en vigor de la Ley Silla no es sólo una reforma legal: es un símbolo del avance en el reconocimiento de los derechos laborales en México. Garantizar el descanso físico, especialmente en sectores precarizados, es una apuesta por la salud, la productividad y la dignidad en el trabajo. El reto ahora está en la implementación efectiva y en la vigilancia constante para que esta reforma se traduzca en beneficios tangibles para millones de personas trabajadoras en el país.
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