La activista otomí Estela Hernández Jiménez, integrante del Congreso Nacional Indígena (CNI), fue detenida y agredida el 4 de junio por policías estatales de Querétaro mientras documentaba la aprehensión de cuatro personas de su comunidad.
Durante el arresto, Estela Hernández denunció haber sido víctima de violencia física y sexual por parte de los agentes de la Policía Estatal (POES). La noticia generó indignación nacional, movilizó a colectivos indígenas y defensores de derechos humanos, y desencadenó una protesta para exigir justicia.
Documentaba una detención cuando fue interceptada
Estela Hernández se encontraba registrando en video la aprehensión de cuatro habitantes ñhañhú en Santiago Mexquititlán cuando fue interceptada por elementos de la POES. La periodista Nadia Bernal reportó en su cuenta de X que la activista cumplía labores de documentación sobre detenciones presuntamente arbitrarias.
Videos difundidos en redes sociales muestran a Estela esposada y custodiada por policías. En otro clip, la activista relata las agresiones sufridas tras su detención: golpes, jalones de cabello y patadas. También denunció que la tiraron al suelo y la patearon en zonas sensibles.
“Yo estaba documentando lo que sucedía… me sentaron bajo agresiones, me tiraron, me patearon los pies y las partes. Me jalaron del cabello”, narra Estela visiblemente afectada.
Su hermana, Sara Hernández, integrante del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), denunció que Estela fue víctima de violencia sexual durante el arresto. La familia exige que se investigue con perspectiva de género.
Reacción de organizaciones y liberación por presión social
El Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh) expresó su preocupación y exigió garantías para la integridad de Estela. La organización destacó su trayectoria como defensora del territorio otomí y recordó que es hija de Jacinta Francisco Marcial, injustamente encarcelada en 2006.
Diversos colectivos, como la Asamblea Nacional por el Agua y la Vida, se sumaron a la denuncia, condenando la violencia contra mujeres indígenas y exigiendo justicia. Señalaron que la represión en Santiago Mexquititlán es parte de una violencia sistemática que ya lleva más de cinco años.
Gracias a la presión social y las denuncias públicas, Estela Hernández y las demás personas detenidas fueron liberadas cerca de las 22:40 horas del mismo martes. El Concejo Autónomo de Santiago Mexquititlán informó que la libertad se logró por la movilización de individuos, organizaciones y redes de apoyo.
Convocan a protesta en la Alameda de Querétaro
Tras la liberación, el Concejo Autónomo convocó a una concentración para el miércoles 5 de junio en la Alameda de Querétaro. La protesta exige justicia para Estela, la salida del Ejército de la región y el fin del hostigamiento hacia las comunidades indígenas.
Las exigencias también incluyen una investigación independiente de los hechos y sanciones para los responsables. Organizaciones han señalado que la criminalización de defensores y defensoras representa una grave amenaza para los derechos humanos en México.
¿Quién es Estela Hernández?
Estela Hernández Jiménez es una reconocida defensora indígena, maestra y promotora cultural. Ha impulsado iniciativas para preservar el idioma otomí y proteger el agua y el territorio en Santiago Mexquititlán.
Participó en la creación del libro El otomí de Santiago Mexquititlán: Guía para aprender y enseñar otomí, publicado por la Universidad Autónoma de Querétaro. Desde el CNI y el Concejo Autónomo ha alzado la voz contra megaproyectos y el despojo de espacios ceremoniales.
También se opuso públicamente a la reforma educativa de Enrique Peña Nieto, defendiendo el derecho a una educación intercultural.
«Hemos puesto el cuerpo en defensa del agua y la vida»
En distintos foros, Estela ha afirmado que la defensa del agua, el territorio y la vida ha recaído muchas veces en las mujeres. “La resistencia se da desde diferentes espacios y las mujeres hemos puesto el cuerpo, el alma, el espíritu en defensa del agua, la vida y el territorio”, ha declarado.
Las agresiones sufridas por Estela reflejan la situación de riesgo que enfrentan defensoras indígenas en México. Colectivos reiteran que exigir justicia no es un delito y documentar abusos no debería ser motivo de represión.
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