Prohibición de comida chatarra en escuelas: reacciones y desafíos

Prohibición de comida chatarra en escuelas: reacciones y desafíos
Prohibición de comida chatarra en escuelas: reacciones y desafíos

El 29 de marzo de 2025 entró en vigor la prohibición de venta de comida chatarra en todas las escuelas de México, como parte del programa federal «Vida Saludable». La medida busca reducir los altos índices de obesidad infantil, pero enfrenta diversos desafíos logísticos y reacciones mixtas por parte de padres, estudiantes y encargados de cafeterías.

Un paso contra la obesidad infantil

México tiene una de las tasas más altas de obesidad infantil en el mundo. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición del INEGI, el 37% de los niños de entre 5 y 11 años presentan obesidad o sobrepeso. Ante esta crisis, la Secretaría de Educación Pública (SEP) implementó esta normativa para frenar el consumo de productos ultraprocesados con altos niveles de azúcar, grasas saturadas y sodio en las cooperativas y tiendas escolares.

La medida incluye la eliminación de refrescos, frituras, dulces, chocolates y bollos industriales, sustituyéndolos por opciones saludables como frutas, verduras y cereales integrales. Además, obliga a las escuelas a garantizar el acceso al agua potable mediante bebederos.

Desafíos para escuelas y cafeterías

Las cooperativas escolares han sido de las más afectadas, ya que su modelo de negocio dependía en gran medida de la venta de productos procesados. Con la nueva normativa, deben reformular sus menús y buscar opciones viables que sean rentables y atractivas para los estudiantes.

Mario Viesca Carreón, director de la Escuela Primaria General Emiliano Zapata, explicó que la transición ha sido complicada, ya que los niños no están acostumbrados a las nuevas opciones. «Se han ofrecido vasos de fruta, yogurt de fresa, hot cakes de harina integral, pero no tienen la misma aceptación que las frituras o refrescos», señaló. Además, algunos padres no tienen tiempo para preparar un lunch saludable, lo que dificulta el cumplimiento de la normativa.

Otro reto es la venta de productos chatarra fuera de los planteles. «Muchos estudiantes salen de la escuela y compran estos productos en los puestos ambulantes cercanos», agregó Viesca Carreón.

Reacciones de padres y estudiantes

Las opiniones entre los padres de familia están divididas. Algunos consideran que la medida es positiva, pues promueve hábitos saludables, pero otros creen que es difícil de implementar debido a la situación económica. «A veces no podemos comprar opciones saludables porque son más caras», comentó una madre de familia.

Los alimentos nutritivos, como frutas, frutos secos, yogures sin azúcar o panes integrales, pueden representar un gasto mayor para muchas familias, especialmente aquellas con varios hijos en edad escolar. Además, la falta de acceso a mercados con precios accesibles agrava la situación, pues en muchas comunidades los productos saludables no solo son costosos, sino difíciles de encontrar.

Algunos padres han señalado que preparar un lunch saludable requiere más tiempo y planificación. «Es más fácil y barato darle a mi hijo unas galletas y un jugo que comprarle fruta y un sándwich integral», mencionó un padre de familia. Para que la medida funcione, sugieren que el gobierno implemente subsidios o programas que faciliten el acceso a productos saludables a precios accesibles.

Los estudiantes también han expresado su inconformidad. En redes sociales se han viralizado videos donde se observa la ausencia de productos tradicionales en las cooperativas escolares. Algunos jóvenes han criticado la falta de variedad en los nuevos menús y consideran que la decisión debería recaer en cada persona.

Diego, estudiante de preparatoria, mencionó que «la comida ahora no es atractiva ni suficiente» y cuestionó si realmente el cambio logrará una mejora en la salud de los alumnos. Otra alumna, Fernanda, señaló que la medida se siente como una imposición y que la educación alimentaria debería provenir desde el hogar.

Impacto y futuro de la normativa

A pesar de los desafíos, la SEP ha reafirmado su compromiso con la implementación de «Vida Saludable» y ha pedido la colaboración de maestros y padres para concientizar a los niños sobre la importancia de una buena alimentación. Además, herramientas tecnológicas como PayMon han surgido para ayudar a las cafeterías a cumplir con la regulación, optimizando la planificación de menús y evitando sanciones.

Sin embargo, para que esta política tenga un impacto real en la salud infantil, se necesitará un esfuerzo conjunto entre escuelas, familias y autoridades. La clave estará en acompañar la prohibición con educación nutricional efectiva y medidas complementarias que garanticen el acceso a alimentos saludables para todos los estudiantes.

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