Este martes se confirmó el fallecimiento de Juan Germán Torres Landa, uno de los empresarios más influyentes y respetados en Querétaro. Integrante de una familia de gran tradición política y empresarial, Torres Landa dejó una profunda huella en el desarrollo urbano y económico del estado, especialmente en Jurica y Juriquilla, dos de las zonas más prósperas de la ciudad.
Legado de visión y construcción
Juan Germán Torres Landa era hijo de Juan José Torres Landa, destacado político priista que fue gobernador de Guanajuato de 1961 a 1967 y embajador de México en Brasil. Aunque no siguió los pasos políticos de su padre, Juan Germán encontró su vocación en la construcción y el desarrollo inmobiliario. En lugar de incursionar en la política, prefirió construir un legado empresarial basado en la creación de empleo y el crecimiento de Querétaro.
Su visión empresarial transformó radicalmente el paisaje urbano de la ciudad. Fue uno de los principales desarrolladores de Jurica y Juriquilla, zonas que hoy destacan por su alta plusvalía y relevancia residencial y comercial. Estas áreas no solo representan modernidad y crecimiento económico, sino también el cumplimiento de su filosofía de vida: “El que construye no se equivoca; el que construye crea empleo, produce derrama económica, hace política”, una lección que compartía con sus hijos y que aplicó en cada uno de sus proyectos.
Juan Germán Torres Landa y la política
A pesar de no haber militado en ningún partido político, Juan Germán Torres Landa mantenía una estrecha relación con figuras relevantes de la Cuarta Transformación. Era apreciado tanto por el expresidente Andrés Manuel López Obrador como por el actual secretario de Economía, Marcelo Ebrard. Este respeto era mutuo y se reflejó en las múltiples condolencias expresadas por la clase política tras su fallecimiento.
El gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri, lamentó profundamente su partida, enviando condolencias a su familia y amigos. Felipe Fernando Macías, alcalde de Querétaro, destacó su calidad humana y su contribución empresarial, mientras que Josué Chepe Guerrero, edil de Corregidora, subrayó la huella que dejó en el estado.
La huella de Juriquilla y su pasión por la historia
Uno de los logros más notables de Juan Germán Torres Landa fue el desarrollo de Juriquilla, un complejo urbano y turístico que hoy es símbolo de modernidad y alto nivel de vida. Pero su legado no solo se limita a la construcción de infraestructura. También soñó con crear un espacio cultural de gran envergadura: Juriquilla Antigua, un ambicioso proyecto que incluirá museos, hoteles y una vasta colección de objetos antiguos. Este espacio refleja su amor por la historia y su deseo de preservar el conocimiento para futuras generaciones.
En cada uno de sus proyectos, aplicó su visión integradora y su pasión por la excelencia, siempre enfocado en construir no solo edificios, sino también comunidades. “Construyan también cariño, amor, amistades… Todo se encierra en construir”, solía decir, y así vivió: construyendo relaciones y dejando una huella humana en quienes lo conocieron.
Un hombre de principios y convicciones
A lo largo de su vida, Juan Germán Torres Landa rechazó múltiples ofertas para entrar en la política. Su razón siempre fue la misma: “Nunca me he metido a la política. Mejor enfrente, creando empleo, desarrollando a Querétaro”. Esta postura le permitió mantener su independencia y enfocarse plenamente en su vocación como desarrollador urbano.
Su legado no solo se mide en los edificios que construyó, sino también en las oportunidades que generó. Su capacidad para visualizar el futuro de Querétaro y hacerlo realidad es un testimonio de su liderazgo y visión empresarial. Además, su cercanía con la comunidad y su disposición a ayudar a quien lo necesitara le valieron el cariño y respeto de quienes lo rodearon.
Despedida y legado perdurable
La partida de Juan Germán Torres Landa deja un profundo vacío en la sociedad queretana, que lo recordará como un constructor incansable, un visionario y un ser humano excepcional. Sus hijos, Juan Carlos y Juan Emilio Torres Landa Urquiza, junto con sus nietos y bisnietos, heredan no solo un legado empresarial, sino también una filosofía de vida basada en el trabajo arduo, la integridad y la construcción constante.
Sus restos serán velados en Airapi Memorial Park de Juriquilla, y su funeral se llevará a cabo en Portofino, junto al Lago de Juriquilla, un lugar emblemático que refleja su amor por la ciudad que ayudó a transformar.
Un adiós con legado
Juan Germán Torres Landa deja atrás una ciudad más grande, más fuerte y más próspera. Aunque se ha ido, su visión y sus obras permanecerán como testimonio de su liderazgo y amor por Querétaro. En cada calle de Juriquilla, en cada edificio de Jurica, en cada proyecto que soñó y materializó, su espíritu sigue presente.
Descanse en paz, Juan Germán Torres Landa, constructor de sueños y arquitecto de Querétaro.
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