El ataque armado en el bar “Los Cantaritos” en Querétaro, ocurrido el 9 de noviembre de 2024, dejó 10 muertos y 13 heridos, marcando un episodio de violencia que ha conmocionado al estado. Este hecho no es aislado, según las autoridades, sino parte de una escalada de tensiones entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Santa Rosa de Lima.
Detalles del ataque y primeras investigaciones
El incidente ocurrió alrededor de las 21:00 horas cuando un comando armado ingresó al bar, ubicado en pleno centro histórico de Querétaro, y abrió fuego contra los asistentes. Tras el ataque, los agresores huyeron en una camioneta que más tarde autoridades encontraron calcinada en El Marqués, a unos 10 kilómetros de la capital queretana.
El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, informó que el ataque en “Los Cantaritos” tiene conexión con un evento previo: el asesinato de tres personas en un restaurante el 7 de noviembre. Las víctimas de este ataque anterior también estarían vinculadas al CJNG, lo que refuerza la hipótesis de una disputa entre cárteles por el control del territorio en Querétaro
Violencia en Querétaro: ¿Un nuevo foco rojo?
Querétaro no ha sido tradicionalmente un estado asociado a altos niveles de violencia criminal, pero su cercanía con Guanajuato, uno de los estados más violentos del país, ha propiciado la entrada de cárteles. Según las autoridades, el estado se ha convertido en un punto estratégico para grupos como el CJNG y el Cártel de Santa Rosa de Lima
Tras el ataque, las autoridades locales y federales han intensificado las operaciones de seguridad. El gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri, aseguró que “no habrá impunidad” y que se están movilizando todos los recursos necesarios para capturar a los responsables. Hasta el momento, se ha detenido a una persona que presuntamente está vinculada con el ataque.
El presidente municipal de Querétaro, Felipe Fernando Macías, afirmó que se tomarán medidas más estrictas para regular establecimientos vinculados a grupos criminales. En los días posteriores a la masacre, se clausuraron varios bares y antros que podrían estar relacionados con actividades ilícitas.
Conexión con aevios
El 7 de noviembre, asesinaron a tres personas en un restaurante de Querétaro. Según Harfuch, este ataque está directamente relacionado con el de “Los Cantaritos”. Las víctimas, entre ellas un empresario y su escolta, eran presuntamente miembros del CJNG, lo que habría desencadenado una respuesta violenta por parte de sus rivales del Cártel de Santa Rosa de Lima.
Ante estos eventos, Querétaro -antes considerado un estado seguro-, está siento arrastrado por la ola de violencia que ha afectado a Guanajuato. La lucha por el control de rutas estratégicas y territorios entre estos dos grupos criminales ha llevado a un aumento de los homicidios en la región.
¿Qué sigue para Querétaro?
El gobierno estatal ha convocado a reuniones de alto nivel con representantes de la Guardia Nacional y la Fiscalía General del Estado para coordinar estrategias de seguridad. También se están llevando a cabo investigaciones periciales y operativos para recabar pruebas y detener a más responsables.
Mientras tanto, la ciudadanía enfrenta la incertidumbre y el temor de que la violencia pueda escalar aún más. Los recientes ataques han generado un ambiente de tensión y preocupación en una entidad que, hasta hace poco, se consideraba un refugio de paz frente al panorama de violencia nacional.
Contexto regional: Querétaro y su proximidad a Guanajuato
La rivalidad entre el CJNG y el Cártel de Santa Rosa de Lima tiene sus raíces en Guanajuato, estado vecino de Querétaro, donde ambos grupos han librado una guerra abierta durante años. Esta violencia ha comenzado a “contagiar” a estados colindantes, y Querétaro no es la excepción.
El CJNG busca consolidar su control en Querétaro como parte de una estrategia para conectar sus operaciones en el Estado de México con Guanajuato. Por otro lado, el Cártel de Santa Rosa de Lima ve en Querétaro un refugio estratégico y una base para reabastecerse y reagruparse. La disputa entre ambos grupos ha provocado un aumento de la violencia en zonas donde antes no era común .
Conclusión
El ataque en «Los Cantaritos» es un recordatorio de cómo la violencia del crimen organizado puede propagarse rápidamente a nuevas regiones. A medida que las investigaciones avanzan, las autoridades de Querétaro enfrentan el reto de contener esta ola de violencia y garantizar la seguridad de la población.
La cooperación entre los diferentes niveles de gobierno será crucial para desarticular las redes criminales que operan en el estado y devolver la tranquilidad a sus habitantes.
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